Con camisetas naranjas y mucha fuerza, pacientes de leucemia y otros cánceres hematológicos, expacientes y familiares salieron al Paseo para informar sobre la enfermedad y pedir apoyo para la investigación.
Hay zapatos que no se pueden prestar, que sólo están hechos para un único dueño, tan adaptados a su piel, sus malformaciones y a sus dolores, que nadie más podría recorrer ni un sólo centímetro con ellos. Eso es lo que sucede con el cáncer, con cualquier tipo de cáncer, que no permite un "me imagino como te sientes" o un "me pongo en tu lugar", porque no se puede prestar esa dura vivencia, y salvo que lo tengas en el cuerpo o seas cuidador a día completo es imposible imaginar la dureza de la montaña rusa de sensaciones, miedos y esperanzas en las que se transforma la vida.
Y aunque a algunos les pueda sorprender un "me gusta" en el facebook no ayuda ni a la persona enferma, ni a su familia, ni a la imprescindible investigación oncológica que da pasos agigantados salvando vidas, incontables vidas.
En cambio enviar la palabra "imparables" al 28027 sí contribuye a abrir una ventana más a la esperanza. Así lo explicaron en la jornada de ayer en el Paseo, un grupo de ourensanos: enfermos, familiares o allegados que salieron a la calle para informar sobre la leucemia y los demás cánceres hematológicos, como el mieloma múltiple, entre otros.
Con sus camisetas naranjas y la vivencia personal explicaron a los transeúntes, entre otras cosas, la necesidad e importancia de apoyar esta campaña para recoger fondos, impulsada por la Fundación Josep Carreras, con el objeto de conseguir para España la máquina "la fábrica de células imparables".
Marosa Salgado así lo explica: "Se está intentando comprar esta máquina, que en América ya está funcionando muy bien. Los oncólogos y hematólogos se dieron cuenta que en la lucha entre las células inmunes y las cancerígenas, éstas últimas aprendieron a defenderse. En ese proceso, los investigadores descubrieron la existencia de unas células jóvenes del sistema inmune mucho más resistentes, de las que sólo tenemos un uno por ciento y que trabajando con ellas, modificándolas genéticamente, con esta máquina se está consiguiendo un 85 por ciento de curación en pacientes que ya no respondían a ningún tratamiento."
Marosa Salgado fue diagnosticada con 45 años de mieloma múltiple. Han pasado desde entonces seis años y a pesar del impacto inicial, "ya se sabe que la palabra cáncer tiene una connotación peyorativa increíble y te mueres de miedo", insiste en que "hay que quitárselo y más hoy, donde se está progresando muchísimo con la curación y los tratamientos".
Los pacientes y expacientes que ayer salieron a la calle lanzaron dos mensajes clave: por un lado, que los avances en la investigación del cáncer han aumentado la supervivencia y la calidad de vida, por lo que es fundamental apoyarla y exigir su financiación y, por otro, llamar la atención sobre la importancia de la donación de médula.
Estela Bermello, madre de una joven paciente, subraya: "Ser donante no supone nada, es muy sencillo y se pueden salvar muchas vidas". Conviene no olvidarlo.
