Las sucesivas incautaciones y la presión policial, sobre todo en Algeciras (Cádiz), provocan que no llegue hachís a la provincia. Las fuerzas de seguridad constataron que hay desabastecimiento y, como ocurre con cualquier otro producto de consumo, ante la escasez aumentaron los precios. Dependiendo de la calidad, dos gramos cuestan 10 euros cuando hace solo tres meses se pagaban 5, según fuentes del Instituto Armado.
La sustancia está incluida dentro de las conocidas como "drogas blandas", que no causan grave daño a la salud. En la provincia hay consumidores habituales que saben de lugares donde pueden adquirirla. "Desde hace unos meses subió mucho. El precio de ahora creo que es excesivo y hay gente que lo dejó o se pasó a la marihuana", afirma un comprador que suele abastecerse en la inmediaciones de la Alameda. "Hasta hace unos tres o cuatro meses no había problema para conseguir hachís, pero ahora se nota que hay menos. Hay más marihuana", añade.
Las transacciones, al igual que con otro tipo de sustancias estupefacientes, se hacen extremando todas las medidas de seguridad ante el temor de los vendedores a ser detenidos. Esto provoca que los traficantes nieguen rotundamente trapichear con la sustancia, aunque, tras ganar su confianza, terminan reconociendo el incremento del precio, que no se da en otro tipo de drogas, caso de la heroína, marihuana y cocaína. "Desde hace unos años hay mucha vigilancia en la costa de Cádiz y se llevaron a cabo cuantiosas incautaciones. El desabastecimiento es normal que lo haya", explican fuentes del Instituto Armado.
Las fuerzas policiales tramitan una media de 15 expedientes cada mes ante la Subdelegación del Gobierno por tenencia de sustancias estupefacientes y, desde finales del pasado verano, la mayoría son por marihuana. La última que cursó la Guardia Civil data del pasado mes de noviembre al intervenir a un vecino de Monterrei menos de diez gramos de hachís en el coche cuando circulaba por la carretera N-525.
Plantaciones de marihuana sobre todo en macetas
Las fuerzas de seguridad trabajan con la hipótesis de que el desabastecimiento de hachís a causa de las sucesivas intervenciones está provocando un aumento de las plantaciones de marihuana, sobre todo en macetas, en fincas y casas abandonadas de la provincia. Fundan las sospechas en las últimas intervenciones llevadas a cabo en Oímbra, donde fueron detenidos das personas cuando transportaban plantas. Pero no fueron las únicas. Hubo incautaciones en Lobios, Bande, Nogueira de Ramuín, Ribadavia, a las que hay que sumar las realizadas por la Policía Nacional en viviendas, negocios y un jardín de la ciudad. "El abandono del medio rural facilita las plantaciones. Las fincas están llenas de maleza y es muy difícil detectar el cultivo de las plantas", apuntan en la Guardia Civil.
