Un incendio calcinó ayer una nave industrial sin actividad en la Rúa dos Cateiros, en el barrio ourensano de O Vinteún. Las llamas se declararon poco antes de las siete y media de la mañana provocando una densa humareda, que alarmó a los vecinos y responsables de otras naves industriales que hay en la zona ante el temor de que el fuego se propagase.
Al lugar acudieron de inmediato las varias patrullas de la Policía Nacional y Local, mientras los bomberos movilizaban a todos sus efectivos, diez profesionales, apoyados por dos coches motobombas y un coche nodriza, que controlaron el fuego pasadas las diez de la mañana.
Los efectivos, nada más llegar al lugar, se dispusieron a cortar la electricidad, pero, tras contactar con la empresa suministradora, comprobaron que no había corriente. Eso sí, en el interior observaron que lo que estaba ardiendo eran cubos de pintura y disolvente, así como telas, paneles de madera prensada y plásticos, que eran los que provocaban la densa humareda. Los bomberos también se percataron de que en el interior de la nave había una sala destinada a oficina, que contenía numerosos papeles y cartones.
Las labores de extinción fueron intensas, dado que las llamas amenazaban con propagarse a un monte, con abundante maleza y pinos, que, al final, no llegaron a verse afectados.
Un retén permaneció en el lugar varias horas enfriando el terreno para evitar que los rescoldos se reavivasen.
Mientras, la Policía Nacional abría una investigación para determinar las causas del fuego, ante la sospecha de que pudo haber sido provocado. La nave estuvo ocupada en régimen de alquiler hasta hace unos meses por una empresa de construcción, que la dejó libre, aunque con abundante material, al quedar sin trabajo, según fuentes policiales.
Los efectivos, nada más llegar al lugar, se dispusieron a cortar la electricidad, pero, tras contactar con la empresa suministradora, comprobaron que no había corriente. Eso sí, en el interior observaron que lo que estaba ardiendo eran cubos de pintura y disolvente, así como telas, paneles de madera prensada y plásticos, que eran los que provocaban la densa humareda. Los bomberos también se percataron de que en el interior de la nave había una sala destinada a oficina, que contenía numerosos papeles y cartones.
Las labores de extinción fueron intensas, dado que las llamas amenazaban con propagarse a un monte, con abundante maleza y pinos, que, al final, no llegaron a verse afectados.
Un retén permaneció en el lugar varias horas enfriando el terreno para evitar que los rescoldos se reavivasen.
Mientras, la Policía Nacional abría una investigación para determinar las causas del fuego, ante la sospecha de que pudo haber sido provocado. La nave estuvo ocupada en régimen de alquiler hasta hace unos meses por una empresa de construcción, que la dejó libre, aunque con abundante material, al quedar sin trabajo, según fuentes policiales.
