Del total de 1,2 millones de toneladas de basura anuales generadas en la comunidad, 400.000 proceden de Ourense

La incineradora de Irixo procesará un tercio de los residuos de Galicia

La saturación de la planta de tratamiento de residuos urbanos que tiene Sogama en Cerceda (A Coruña) motivó al Gobierno autonómico para impulsar un segundo complejo complementario, cuya ubicación debe ser en el sur de Galicia.
El proyecto presentado por la empresa Estela Eólica recibió el visto bueno de la Administración autonómica, que únicamente puso como condición su adaptación a la Ley de tratamiento de residuos de Galicia, en cuya fase se encuentra ahora inmersa la empresa. Uno de los aspectos que valoró la Xunta fue precisamente la ubicación propuesta en los montes de Irixo, concretamente en los comunales de Menaz, Casares, Orosa, Cardedo y Filgueira, de las parroquias de O Campo y San Cosme.

Los comuneros recibirán 75.000 euros anuales, más el correspondiente IPC, por el alquiler de 50 hectáreas. Asimismo, la empresa anuncia la creación de 250 puestos de trabajo, con preferencia para los vecinos de Irixo y comarca, y una inversión de 230 millones de euros.

La nueva planta tendrá una capacidad para tratar 366.000 toneladas de basura al año, lo que supone un tercio de los residuos que genera Galicia. Será inferior a la de Cerceda, que procesa 700.000 toneladas, de las que incinera para producir energía eléctrica el 38%, sólo recicla el 8%, mientras el 54% restante lo almacena en los cuatro vertederos de la empresa.

Galicia genera 1,2 millones de toneladas de basura al año, de las que 400.000 proceden de la provincia de Ourense. Los servicios de recogida de los residuos depositan primero la carga en las estaciones de trasferencia (37 en toda Galicia). Posteriormente, se traslada a la planta de Sogama en donde la materia orgánica se transforma en CDR (combustible derivado de residuos), con el que se alimenta la planta termoeléctrica o incineradora, cuya producción se incorpora finalmente a la red eléctrica que alimenta el complejo. En lo que respecta a los residuos procedentes del contenedor amarillo, en primer lugar se clasifican para luego enviarlos a centros recicladores.

La incineración es una técnica de valorización energética en la que se transforman los residuos orgánicos en materiales inertes y gases (CO2, cenizas y agua), mediante una combustión controlada. El calor y los vapores se pueden aprovechar para la producción de energía eléctrica.

La planta que se pretende instalar en Irixo tiene sus defensores pero también numerosos detractores, que consideran que puede causar perjuicios para la salud debido a la posible contaminación que genere, pero también socio-económicos, afectando directamente a sectores como el agrícola, el ganadero o el termal y turístico, entre otros.

Sin embargo, los impulsores del proyecto señalan ventajas como la reducción del 90% del volumen original de residuos; la esterilización de los desechos; la recuperación de energía de residuos, lo que se traduce en un ahorro de combustibles fósiles; la reducción de las emisiones de metano de los vertederos y la fijación de los metales pesados en las escorias como sales estables, mientras las cenizas se depositan en rellenos especiales para ellas, o se vitrifican.


DESVENTAJAS

Entre las desventajas hay que señalar que puede desincentivar el reciclaje en origen y algunos materiales con una alta capacidad calorífica como plásticos, cartones y papel, pueden ser desviados del reciclaje para la incineradora.

Asimismo, la incineración conlleva la generación de cenizas peligrosas que deben ser confinadas en un depósito de control adecuado y la emisión de gases contaminantes que deben ser tratados antes de su expulsión al exterior.

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