PROVINCIA

Infraestructuras clave para Ourense se retrasan como mínimo una década

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photo_camera Único tramo en obras de la autovía Ourense-Lugo, cuya finalización se prometió para 2009.

AVE, complejo cultural de San Francisco, circunvalación norte o Arqueolóxico, entre las deudas pendientes con la provincia 

"Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse". Así define la Real Academia Española la paciencia, algo a lo que los ourensanos están acostumbrados a la hora de disfrutar de infraestructuras clave para el desarrollo de la provincia que cuesta sangre, sudor y lágrima conseguir.

Grandes proyectos pendientes, entre los que se incluyen el AVE Madrid-Galicia, el complejo cultural de San Francisco o la circunvalación norte entre muchos otros, sufren una demora mínima respecto a los plazos inicialmente dados por las administraciones competentes de diez años, rozando ya algunos las dos décadas, lo que prueba la existencia de una deuda histórica por saldar con Ourense, tanto por parte del Gobierno central como de la Xunta.


AVE


La joya de la corona, la infraestructura en la que los gestores de la provincia ponen el foco como motor de desarrollo y que supondrá un antes y un después. Planteado a principios del siglo XXI, el Gobierno de José María Aznar fijó en un primer momento que estaría finalizado entre 2009 y 2010, pero casi una década después, las amenazas de una nueva demora siguen sobre la mesa. A esto hay que añadir que en el último tramo (Taboadela-Ourense) no se ha movido ni una piedra.


Carreteras


Hasta la próxima década, Ourense no disfrutará de nuevas carreteras, en parte porque los compromisos adquiridos con proyectos como las circunvalaciones de la ciudad y O Barco, las autovías a Lugo y Ponferrada o el enlace entre la A-52 y el Polígono de San Cibrao se han ido rompiendo sucesivamente, demorando los expedientes.

Es la conexión con la zona industrial de San Cibrao, promovida por la Xunta, la que verá la luz más pronto, dado que las obras arrancaron ayer, pero la primera consignación presupuestaria data de 2011, sin que se concretase.

En el caso de las autovías, planteadas dentro del Plan Galicia del Gobierno del PP (2000-2004), los incumplimientos han sido flagrantes, como ejemplifica la conexión con Lugo, con solo un tramo en obras pese a que debía estar concluida en su totalidad en 2009.

Por lo que respecta a la circunvalación norte de la ciudad, la idea se planteó a mediados de la década de los 90. Con casi cinco kilómetros, apenas se vislumbra la construcción de los primeros 1,7 entre Eirasvedras y Quintela para tenerlos listos en 2021.

Mientras, en la comarca de Valdeorras esperan como agua de mayo una circunvalación que libere el tráfico del casco urbano, que si todo sigue el guion previsto estará lista con 12 años de retraso (2009-2021). Algo más deberán esperar para la autovía A-76, avanzando a cuentagotas solo algunos de sus tramos.


Cultura


Si las infraestructuras ferroviarias y viarias acumulan retrasos significativos, no están a la zaga los equipamientos culturales que el Gobierno central debe poner a disposición de los ourensanos.

Es el caso, por ejemplo, del Museo Arqueolóxico, cuyas puertas llevan cerradas desde hace 16 años después de que a finales del siglo XX el departamento dirigido en aquel momento por Mariano Rajoy accediese a la rehabilitación del inmueble, con la intención de que abriera las puertas en 2003. Década y media después la actuación ni siquiera se ha licitado, asegurando tanto Concello como Gobierno central que esto sucederá antes de que acabe el año, pudiendo culminarse las obras en 2021.

El retraso es también grande en el Archivo y la Biblioteca Pública que estarán en el complejo de San Francisco, una obra que tras una larga retahíla de trabas administrativas se prevé rematar este mismo año, al depender de la entrada en vigor de los nuevos Presupuestos Generales. Si todo concluye según ha manifestado el Ministerio de Cultura, los ourensanos habrán esperado 12 años extra para disfrutar estos equipamientos.


Plaza de Abastos


Otro importante proyecto en trámite, en este caso dependiente del Concello de Ourense, es la rehabilitación de la Plaza de Abastos, cuya idea nació en 2008 y que todavía no se ha licitado, pese a que en 2014 el Ministerio de Fomento concedió una subvención de 3,6 millones. Problemas administrativos impiden en estos momentos convocar el concurso, que fija una duración de dos años para las obras. Mientras, los placeros ya trabajan en la Alameda, sin saber cuándo podrán volver. 

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