Intercambios en la red: desde bidés a patatas de cosecha ourensana

Patatas. (MIGUEL ÁNGEL)
photo_camera Patatas. (MIGUEL ÁNGEL)
Miles de usuarios buscan ofertas en foros creados por ellos mismos

 Las páginas de compra-venta de internet tienen en Ourense miles de usuarios que cada día negocian al mejor postor. Wallapop, Vinted o incluso páginas de redes sociales creadas por los propios usuarios funcionan cada día como una herramienta de comercio de proximidad, trueque o para los más desafortunados, estafas. 

Si bien pueden ser muy útiles, en la red también se encuentran algunas rarezas, descatalogaciones que no se podrían encontrar jamás en las tiendas -y menos con las definiciones que proponen los vendedores-. Ejemplos son algunos anuncios en páginas especializadas: “Regalo bidet Gala sin estrenar”, “vendo plancha vintage por 45 euros”,  “Los mejores juegos de sexo por 10 euros” o una moneda de plata dedicada a los trabajadores de servicios esenciales durante la pandemia que nunca se llegó a desempaquetar. 

Otros se lucen más por sus descripciones. Un hombre vende un Nokia compacto sobre el que duda: “¿Está liberado?, ¿Creo? No sé”. Otro, paradójicamente, ofrece una “makina de escribir”. En redes sociales también existen cerca de una decena de páginas que funcionan como soporte para que vendedores y compradores hagan sus ofertas en Ourense. La más numerosa cuenta con 15.7000 miembros y las demás oscilan entre los 4.000 y los 9.000 usuarios. En estas plataformas no solo se compra y se trueca con productos usados, sino que hay quien ofrece su cosecha: “Dos sacos de patatas caseras a 25 euros” o “estacas de castaño”. Otros rozan el mercado negro vendiendo productos comprados previamente en supermercados.

En todas aplicaciones también surgen otro tipo de negocios: es posible encontrar trabajo, ofrecer un servicio e incluso hay quien publica sus propias redes sociales solo para encontrar seguidores. 

UNA ENTRA RARA

Aunque es posible hacer un envío, muchos prefieren quedar en la ciudad para ahorrarse los gastos. Es más económico pero no siempre mejor experiencia. Paula Santiago es usuaria de Wallapop y vivió algunas aventuras: “Una vez compré una estantería e imaginé que vendría desmontada -de forma que me podría caber en el coche-, cuando el vendedor llegó la trajo en un carro pero totalmente montada y atornillada. No supe qué hacer ella en medio de la calle”, relata. 

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