Las inundaciones se recrudecen en las cuencas de Miño, Sil y Avia

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photo_camera Aspecto que presentaba ayer las piscinas de Carballeda de Valdeorras.

El agua alcanzó a numerosas casas, fincas, naves y áreas recreativas, al tiempo que cortaba e inutilizaba carreteras y caminos 

El temporal de lluvia rompió los límites de los cauces fluviales oruensanos y los ríos ocuparon caminos y carreteras y anegaron fincas, viviendas, bajos y construcciones en varias zonas de la provincia, especialmente en la comarca de Valdeorras y en O Ribeiro.

En Valdeorras, la gran cantidad de lluvia caída durante el domingo y la madrugada del lunes provocó un aumento del caudal del Sil, haciendo sonar la alarma a las 6,00 horas. A esa hora, el río ya se había desbordado en O Barco, en el tramo comprendido entre la villa y el pueblo de A Proba.

La subida del nivel movilizó al Grupo de Emerxencias Supramunicipal de O Barco y a los agentes de la Guardia Civil. Advirtieron a los vecinos del peligro, aconsejándoles abandonar sus viviendas, aunque siguieron en sus propiedades. En esta zona, el agua cubrió huertas, fincas, inundó sótanos y naves comerciales.

La crecida impidió que el aliviadero de un colector desaguase en el río, lo que aumentó los daños. En A Proba, uno de los afectados explicó que, durante la madrugada, al advertir la crecida sacó de casa a los perros, pero ya no pudo arrancar el coche. Lo comentó mostrando las botas de pescador con las que se veía obligado a andar por su casa. Unos cientos de metros más allá, el dueño de una nave dedicada a la venta de materiales de construcción mostraba los daños registrados por la mercancía.

El Concello de Carballeda también sufrió la violencia de la lluvia. Las piscinas municipales, levantadas sobre la orilla derecha del Sil, fueron anegadas por éste. Las aguas únicamente permitieron ver la cubierta de la construcción acondicionada para bar y otros servicios. El río también se desbordó en O Aguillón rues y en la pista paralela al río, de la que arranca la pasarela de Penouta. En este Concello, los problemas se centraron en la rotura de la traída de la zona de Valdegodos, que dejó sin agua a sus habitantes.

Lo que en el valle fueron cascadas de agua, en las cumbres se convirtió en una copiosa nevada. La estación de montaña de Manzaneda se despertó cubierta de un amplio manto blanco, posibilitando que hoy abran tres pistas, con dos kilómetros hábiles para esquiar.

Avia y Támega, en alerta

En el resto de la provincia, en Baños de Molgas y la Baixa Limia el temporal daba un respiro, al igual que el Arenteiro en la comarca de Carballiño. Por contra, el Monterrei, el Bubal mantenía inundadas amplias zonas del Concello, mientras que el Támega se situaba muy por encima del nivel de alerta en Castrelo do Val y en Rabal, y estaba fuera de su cauce en numerosos puntos.

La zona de Ribadavia fue otra de las que más sufrió las intensas lluvias y tanto el Miño como el Avia causaron numerosas inundaciones y cortes de carreteras y caminos. Así, el Miño llegó a cortar la carretera que comunica Ribadavia con Arnoia, en el barrio da Foz ,y numerosas vias locales y caminos existentes en las inmediaciones de los ríos quedaron inservibles por los arrastres de tierra y maleza. El espacio fluvial de A Quinza sufrió numerosos desperfectos y la pasarela existente sobre el Avia aparecía ayer plagada de maleza y con gruesos troncos incrustados en sus barandillas. Curiosamente, estas barandillas, en principio estaban diseñadas para "recogerse" en caso de inundación, según explica el alcalde, Ignacio Gómez, mecanismo que por lo visto, falló.

El Concello ribadaviense había advertido de esta situación a todos los vecinos que residen cerca de estos puntos delicados, como es el caso de un restaurante ubicado en el área recreativa de A Veronza. En esta zona el agua cubrió todas las zonas de esparcimiento acondicionadas en el entorno del río.

La principal preocupación en la zona es que el embalse de Albarellos, que se había utilizado para amortiguar las crecidas, ayer alcanzó el límite de su capacidad "y a partir de ahora, todo lo que llueva o llegue de las cuencas superiores no tendrá ese control y seguirá río abajo", según señalaban fuentes de Protecciòn Civil.

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