El enjuiciado, Héctor C. P, llegó ayer, a las 10.15 de la mañana, esposado y en un furgón de la Guardia Civil a la Audiencia Provincial de Ourense. El hombre, acusado de un delito de estafa, contactó en varias ocasiones con una mujer para pedirle dinero prestado entre los meses de mayo y agosto del año 2018, según la Fiscalía. Para justificar esta petición, el investigado le dijo que tenía que hacer frente a deudas que debía pagar de forma urgente y que, en esos momentos, no tenía liquidez. Unas deudas que, en realidad, no existían. De hecho, el encausado incorporaba a su patrimonio las cantidades recibidas de la víctima y no tenía ninguna intención de devolverlas, según el fiscal.
Durante esos tres meses, la mujer le prestó varias cantidades, que sumaban un total de más de 26.000 euros. Con el fin de aparentar solvencia económica y que la víctima confiara en él, le envió fotos de fajos de dinero a través de Whatsapp y una resolución de contrato de la empresa Prosegur según el cual le correspondía una indemnización de 75.000 euros.
Aunque la mujer le pedía insistentemente que le devolviera el dinero, el condenado siempre encontraba excusas para retrasar la entrega. Finalmente, la víctima consiguió que Héctor C.P. le firmara seis documentos de reconocimiento de la deuda.
El fiscal había pedido inicialmente una pena de un año de cárcel y una indemnización de 26.000 euros a la víctima, pero durante la vista y ante la renuncia de la acusación particular, la petición de condena de la Fiscalía se rebajó a seis meses de prisión y el enjuiciado mostró su conformidad.
