La comarca de O Ribeiro dispone actualmente de una remodelada red de carreteras de 12,6 kilómetros de longitud, una vez finalizadas las obras de asfaltado y ensanche que comenzaron el pasado mes de diciembre en cuatro tramos que comunican los municipios de Melón, Ribadavia, Cenlle y Leiro.
Los trabajos desarrollados durante los últimos ocho meses se centraron, inicialmente, en las carreteras entre las localidades de Barcia y A Ibia (OU-205), en Melón; desde A Ibia a Ribadavia (OU-405) y entre la villa ribadaviense y Valdepereira (OU-406). En esta caso, se llevó a cabo el asfaltado de la antigua travesía de la N-120 (Logroño-Vigo), incluyendo la calle Progreso, el barrio de San Francisco y el núcleo de la parroquia de San Paio.
SEÑALIZACIÓN
Las obras, que ejecutó la empresa Arias y Hermanos, se extendieron a mejoras en la rotonda de la actual N-120, en Valdepereira, que permite el acceso a la autovía A-52 (Madrid-Vigo), con la instalación de señalización vertical y la pintura de líneas horizontales en la calzada.
El proyecto continuó en la carretera de enlace entre Valdepereira y Gomariz (OU-211), atravesando las parroquias de Santo André (Ribadavia) y Esposende (Cenlle), hasta llegar al Eixo do Ribeiro, en Leiro. La calzada fue ampliada en este tramo a ocho metros de ancho, con dos carriles de ida y vuelta de tres metros, cunetas de 1,25 metros y arcenes de 0,25 metros, si bien no fue necesario recurrir a expropiaciones.
La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras destinó un total de 2,3 millones de euros, incluyendo la excavación de 77.000 metros cúbicos de terreno y la dotación de 16 toneladas de asfalto.
SEÑALIZACIÓN
Las obras, que ejecutó la empresa Arias y Hermanos, se extendieron a mejoras en la rotonda de la actual N-120, en Valdepereira, que permite el acceso a la autovía A-52 (Madrid-Vigo), con la instalación de señalización vertical y la pintura de líneas horizontales en la calzada.
El proyecto continuó en la carretera de enlace entre Valdepereira y Gomariz (OU-211), atravesando las parroquias de Santo André (Ribadavia) y Esposende (Cenlle), hasta llegar al Eixo do Ribeiro, en Leiro. La calzada fue ampliada en este tramo a ocho metros de ancho, con dos carriles de ida y vuelta de tres metros, cunetas de 1,25 metros y arcenes de 0,25 metros, si bien no fue necesario recurrir a expropiaciones.
La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras destinó un total de 2,3 millones de euros, incluyendo la excavación de 77.000 metros cúbicos de terreno y la dotación de 16 toneladas de asfalto.
