La figura del sicario no apareció hasta el interrogatorio de Alberto Vázquez, según señalaron hoy los guardias civiles que trabajaron en la operación

La investigación apuntó desde el principio a la mujer, hija y su exnovio

Las declaraciones de los investigadores del crimen de Bernardino Pousa protagonizaron la mañana de la segunda jornada del juicio en la Audiencia provincial. A partir de las 17.45 están tomando declaración los peritos forenses que examinaron en su momento el cadáver del fallecido.


Los nombres de la mujer de Bernardino Pousa, Dolores Álvarez, su hija, Ángeles Pousa y el exnovio de esta, Alberto Vázquez, estuvieron bajo la lupa de los investigadores desde el primer día de trabajo policial tras el descubrimiento del cadáver de Bernardino Pousa.

Esta es la primera conclusión que se extrae de las declaraciones de los diferentes guardias civiles que tomaron declaración esta mañana en la segunda jornada del juicio que se está desarrollando en la Audiencia provincial de Ourense.

Los miembros del Instituto Armado explicaron que la figura del sicario supuestamente contratado para asesinar a Pousa, Ilidio Magalhaes, no apareció hasta el interrogatorio de Alberto Vázquez.

Ahondando en la investigación, que se amplió durante más de seis meses en el tiempo y fue pilotada principalmente por tres guardias civiles, las declaraciones refrendaron que desde un primer momento se manejó el móvil económico debido a los inmuebles que poseía el fallecido -pendientes de repartir en caso de divorcio-, y que según avanzaron las pesquisas apareció el factor sentimental, debido a la relación que tenía Pousa con otra mujer tras la separación.


Declaración de los forenses

Esta tarde, a partir de las 17.45, se está desarrollando la declaración de los peritos forenses que examinaron el cuerpo sin vida de Bernardino Pousa, que apareció con un corte en el cuello y dieciséis golpes en la cabeza.

Para la jornada de mañana quedarán las conclusiones.

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