El hielo en la calzada provocó un accidente a la altura de Piñor que dejó a una conductora grave

El invierno destapa carencias en la AG-53 con aludes de tierra y retención de agua en el firme

Los desprendimientos de tierra y piedras han dejado de ser una excepcionalidad en los margenes del vial que conecta Ourense y santiago. (Foto: Martiño Pinal)
El último tramo abierto de la autopista que conecta Santiago y Ourense comienza a dar problemas pocos meses después de su inauguración. Esto ocurre cuando la parte del vial que transcurre entre Carballiño y Barbantes hace frente a su primer invierno. Primero las nevadas y después las intensas jornadas de agua, han tenido como resultado movimientos de tierra que incluso obligaron a cortar la autopista. Alcaldes y asociaciones denuncian que las aguas no están canalizadas y el firme no evacúa bien.
El crudo invierno comienza a destapar incidencias en la autopista AG-53 que conecta Ourense con Santiago. Todo fue bien mientras los elementos no estuvieron en contra. A la nevada que el 16 de diciembre obligó a cortarla a la altura de Dozón, la siguieron las lluvias, que provocaron el desprendimiento de un talud el día 5, a la altura del kilómetro 84, en el municipio de Punxín. Esta incidencia obligó a cortar durante 10 horas el vial.

Desde la Consellería de Medio Ambiente quitan hierro al asunto. Al punto, que optan por no hablar de desprendimiento, sino de ‘deslizamiento de tierra’ producto de que ‘la carretera es nueva y no cuajó la vegetación’. El departamento que dirige Agustín Hernández niega que existan otras zonas de riesgo, mientras que fuentes de la concesionaria de la autopista consultadas por este periódico en días pasados, señalan que al menos existen cinco zonas sensibles a movimientos de tierra, entre Punxín y Dozón.

Alfredo Cruz Gago, alcalde de Punxín, advierte que este tramo, construido por la empresa San José, está llamado a seguir dando ‘problemas mientras no se canalice el agua de los muchos manantiales de la zona’. El regidor advierte que en su momento, en reuniones mantenidas con los responsables de la obra así como con representantes de la Xunta, solicitó que ‘drenasen y canalizaran los manantiales porque las zonas por las que discurre la AG-53 lleva mucha agua y baja sin control. Pero no me hicieron caso’, lamenta. ‘No entiendo por qué sí canalizaron las aguas entre Punxín y Maside y dejaron de hacerlo entre Santa Cruz y el Barbantiño’.

Los usuarios hallan dificultades también el firme de la autopista. Sin ir más lejos, el alcalde de Piñor de Cea, Francisco José Fraga, denuncia ‘las difíciles condiciones en las que se encuentran el firme de la AG-53 cuando bajan las temperaturas’. Organizaciones profesionales como la Asociación Provincial de Taxis, señala a través de su presidente Francisco Álvarez, que en el tramo entre Carballiño y Ourense ‘el firme no evacúa bien el agua y se forma una película de agua peligrosa’. No en vano, en los últimos días se incrementan los accidentes. Ayer, en el kilómetro 64, una conductora resultó herida grave. El martes, en el kilómetro 81, volcó un turismo, y el día del desprendimiento, otro chocó contra el talud desprendido.

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