Guillermo Suárez: "El ITER podría dar solución al suministro de la Humanidad"

Guillermo Suárez, en una zona de montaje de uno de los componentes del reactor.
photo_camera Guillermo Suárez, en una zona de montaje de uno de los componentes del reactor.
Entrevista en profundidad a Guillermo Suárez, físico nuclear e investigador en el ITER, un proyecto que explora la generación de energía mediante la fusión nuclear

De Ourense al corazón de la investigación sobre la fusión nuclear, después de años de esfuerzo y dedicación a la física. Es la trayectoria del doctor y físico nuclear ourensano Guillermo Suárez, que trabaja en el ITER: el Reactor Experimental Termonuclear Internacional (sus siglas en español).

Situado en Francia, el ITER será un reactor de fusión nuclear para investigar su aprovechamiento. De ahí puede salir la energía del futuro, y es uno de los proyectos en los que hay depositada más esperanza.

¿Qué es el ITER?

El ITER es un reactor experimental, es decir, un experimento científico; cuando termine su construcción será el reactor de fusión nuclear más grande del mundo. Es un proyecto internacional que está financiado por muchísimos países, incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, China, India e incluso Rusia. Hay países que traen bobinas, partes de la planta criogénica... Y hay países que ponen dinero.

¿En qué consiste, para entendernos, la fusión nuclear?

Es tener dos isótopos de hidrógeno, que son el deuterio y el tritio, hidrógenos más pesados. Cuando se calientan se fusionan y producen helio y un neutrón. El helio calienta el plasma y el neutrón lo utilizamos para generar electricidad. Es una reacción muy sencilla. 

Pero en el ITER, un reactor de confinamiento magnético, no se conseguirá de la misma manera que en Estados Unidos, donde acaban de ganar energía con uno de confinamiento inercial, en el National Ignition Facility.

En el NIF utilizan láseres para calentar estos materiales, haciendo que incidan sobre una esfera donde está el combustible. En ITER, hay una cámara de vacío que tiene forma de donut y que mantiene el combustible con campos magnéticos. Lo que hacemos es calentar ese material con microondas o pequeños aceleradores de partículas. Pero el objetivo al final es el mismo, calentarlo a temperaturas y presiones tan altas que se quieran fusionar, e intentar sacar más energía de la que ponemos.

¿Cuál es su rol en el ITER?

Yo soy parte del equipo de modelaje. Producimos simulaciones, predicciones de cómo se van a comportar los plasmas... y las hacemos utilizando códigos numéricos. Yo soy parte del equipo que trabaja con esos códigos y que hace esas predicciones, que son importantes para entender cómo optimizar los experimentos. Y, además, esos mismos códigos son los que utilizaremos para interpretar los resultados de los experimentos cuando ITER esté terminado y los podamos realizar.

¿Y qué camino recorrió para recalar en este proyecto?

Estudié Física en el Campus de Ourense, en la Universidad de Vigo. Acabé la carrera en 2011. Fue el último año de la Licenciatura de Física en Ourense. Cuando acabé la carrera solicité la entrada a un máster europeo de Fusión Nuclear, coordinado entre varios países. Mi primer año de ese máster lo hice en Alemania y el segundo en el norte de Francia.

Y luego, un doctorado.

Solicité un doctorado en Alemania, en el Instituto Max Planck. Estudié cuatro años de doctorado y tres años de posdoctorado con una beca europea. Después, se abrió en el ITER una plaza de investigador posdoctoral financiada por el Principado de Mónaco. Empecé en octubre.

A veces parece que cuesta más financiar la ciencia que otros asuntos no tan importantes, ¿es el caso del ITER?

Lo que cuesta este proyecto debe rondar entre quinientos y mil millones de euros anuales. Puede sonar a cantidades enormes, pero son ridículas. Este invierno, Alemania ha dado una ayuda a la gente con más necesidades para pagar la factura de gas, y esta ayuda ha sido sesenta veces más alta que el presupuesto anual de ITER. Siendo un proyecto que podría solventar el suministro eléctrico de la humanidad de cara a los próximos miles y miles de años, teniendo en cuenta la de países que hay involucrados, el dinero que ponen es ridículo.

¿Cuánta energía podría generar un reactor como el ITER?

Queremos producir 500 megavatios a partir de 50. Es decir, multiplicar por diez. Es equivalente a un reactor de fisión nuclear, que es, por otra parte, la forma más eficiente y densa de conseguir energía. Para conseguir 500 megavatios necesitas instalar quizá quinientas o mil turbinas eólicas, con la superficie que eso representa.

Aún existe miedo a la fisión, con ejemplos extremos como Chernóbil en la retina. ¿Deberíamos temer esta fuente de energía?

Creo que lo que hay que decirle a la gente es que la energía de fisión nuclear está supervisada por organismos internacionales que aseguran que existan los más altos estándares de reglamento en los reactores, como la Agencia Internacional para la Energía Atómica. Los reactores, en sí, son zonas muy seguras. Sí que es cierto que históricamente ha habido accidentes, hayan sido por negligencias gubernamentales o por catástrofes naturales, pero son situaciones muy aisladas.

¿Hay energías más peligrosas?

Si comparamos cuánta gente fallece y la producción energética, la energía nuclear es la que causa menos bajas si la comparamos con el carbón o con el petróleo, que hay que extraerlo, refinarlo, y que contamina y produce efecto invernadero. Pero incluso las energías renovables producen más fallecimientos. Estadísticamente, es la energía más segura. El segundo aspecto, que es muy importante, es que si no paramos el cambio climático las consecuencias van a ser catastróficas. Esto es un cambio que hay que hacer ya.

¿Cuál es el reto que tiene que superar el desarrollo de la fusión?

El mayor desafío que hay que resolver es tener un reactor que funcione de modo continuo, produciendo esa reacción de una forma controlada y prolongada en el tiempo. La fusión es una reacción muy delicada, porque requiere presiones muy altas, y cualquier cosa que la disturbe la puede parar. Esa es la seguridad de la fusión nuclear, y lo que la hace complicada. Cualquier problema que la disturbe, para la reacción. Por lo tanto, hay que mantener esa reacción durante tiempo de una forma eficiente y económicamente viable. Eso es lo que intentamos en ITER, eso es lo que otras empresas privadas y el NIF están intentando, y lleva siendo un desafío durante mucho tiempo. Sin embargo, parece que ahora nos estamos acercando. Conseguimos dar pasos agigantados que antes eran mucho más pequeños.

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