Jácome quiere deshacerse de la Universidade Popular

Colas frente a la Concejalía de Educación para anotarse a la Universidade Popular, en 2014.
photo_camera Colas frente a la Concejalía de Educación para anotarse a la Universidade Popular, en 2014. (FOTO: JOSÉ PAZ)
Hoy atrae a 3.000 alumnos, con listas de espera, pero el alcalde prefiere cederla a la Diputación

El alcalde de la ciudad, Gonzalo Pérez Jácome, anuncia un cambio en el “modelo” de la Universidade Popular y “confía” en deshacerse del programa cediéndoselo a la Diputación de Ourense o, si no es posible, cambiarle el nombre porque “non se lle pode chamar universidade”. Esta iniciativa cumplió 25 años ligada al Concello de Ourense en 2020 y su origen se remonta aún más atrás, a 1901, cuando en toda España nacieron las “UU.PP” destinadas a mejorar el acceso a la cultura y la alfabetización de la población, de la mano de intelectuales como Antonio Machado o Blasco Ibáñez. A Ourense llegó en 1910 y en ella impartieron caligrafía o lectura Risco y Otero Pedrayo, entre otros. 

Aunque los tiempos cambian, esta iniciativa de la Concejalía de Educación oferta anualmente más de 100 cursos, con lista de espera y matrículas que rondan los 3.000 alumnos. Jácome “confía” en que la Diputación de Ourense se haga cargo, “como hizo con el Ourense Film Festival” y menosprecia el concepto de Universidade Popular. En la propia web del gobierno local señalan que este proyecto “presta especial  atención  a aquellos  sectores de población más desfavorecidos socialmente, y que por razones culturales, educativas o económicas disponen de pocos medios para poder acceder con igualdad de oportunidades,  a la educación y a la cultura”.

Idiomas, nuevas tecnologías, salud, cultura e intervención social son las áreas de los cursos, que rondan los 30 euros para favorecer ese acceso igualitario y cuya inscripción se realiza online. Una prueba del interés de los cursos son las extensas colas frente a la Concejalía de Educación, en la praza de San Martiño, cuando el formulario no era telemático. Ahora, vía internet, el usuario debe poner varias opciones con el objetivo de que logre plaza en alguna. 

La idea de Jácome, si no prospera la cesión al gobierno provincial es “un cambio para facela máis popular, malia que semelle un paradoxo, e desenvolver obradoiros municipais baixo a supervisión da Concellería de Educación”. Así, dice que  “realiza funcións impropias dun concello”. Critica que los cursos “son impartidos por persoas autónomas”.

El regidor ourensano señala que ayer se reunión con el presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, para abordar la posibilidad del traslado de competencias y también de instalaciones. “A Escola de Artes e Oficios podería acabar no edificio que actualmente ocupa a Universidade Popular”, dicen desde el Concello. Además, señalan que se han desligado de la Federación Española de Universidades Populares (FEUP). Esta entidad aglutina más de 200 sedes de universidades populares, habitualmente dependientes de gobiernos locales.

Las otras víctimas de la lista negra cultural, con el Auditorio a la cabeza

La Universidade Popular superó el año covid con formación telemática debido a la altísima demanda de los cursos. El propio Concello de Ourense, que busca ceder el proyecto a la Diputación, reconoce las cerca de 3.000 matrículas en este programa que favorece el acceso a la cultura para personas con menos recursos. Este “desmantelamiento” que pretende el alcalde de la ciudad, Gonzalo Pérez Jácome, se suma a una larga lista de ocurrencias relacionadas con el área cultural, de la que precisamente es edil. 

Lo que se desmantela

El Auditorio Municipal continúa sin actividad, clausurado hace tres meses por su decisión unilateral y siendo el único auditorio municipal de Galicia cerrado. Busca privatizarlo, idea que ya moviliza ya al sector a través de una asamblea ciudadana que realizará acciones en la calle. El Archivo Municipal, en estado de abandono, es otra víctima. 

El Museo Municipal quiere cerrarlo porque no le gusta su ubicación y pretendió “reconvertir” la Sala Valente en un edificio de oficinas. Allí se alberga la exposición de los Entroidos, sin más iniciativas a la vista. En los centros cívicos ordenó retirar la prensa diaria que consultaban los usuarios habituales de estos espacios. El Aula Cemit, otra iniciativa denostada. Mientras, se “levanta” un Centro de Inteligencia Artificial cuya única actividad son charlas emitidas en Youtube los viernes.  

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