En la figura de Johnny Burning (Madrid, 1955) el mito de que los viejos rockeros nunca mueren cobra especial sentido. Es el único superviviente de la banda inicial y reconoce que nunca se planteó dejarlo porque "no he conocido una historia que me guste más que esta".
Burning están esta noche, a las 22,30 horas, en la Praza Maior.
Con la gira “Corre Conmigo" cumplen 43 años sobre el escenario...
Así es, empezamos en el año 74. Es un camino que se me ha hecho corto aunque parece largo cuando hablamos de cuatro décadas. Hemos grabado 18 discos y dado más de 2.000 conciertos.
¿Esperaba llegar hasta aquí?
Uno empieza pero nunca sabe si esto se va a convertir en su vida y al final se convierte en lo más importante. Gracias a la música conocí a mi mujer, he tenido familia, tengo un negocio de rocanrol, que es un bar, tengo una buena banda, es tanto lo que me ha dado...
Es difícil de resumir, ¿no?
Sabes dónde se va a resumir perfectamente nuestra trayectoria? Esta noche en Ourense, cuando nos subamos al escenario a tocar. Seguro que ahí se resume qué ha pasado en estas cuatro décadas y por qué sigue existiendo esta máquina de hacer rock, que es Burning.
¿Pesan los años haciendo rock?
No puedo negar que ya tengo 60 años, pero el corazón, las ganas y la emoción de subir a tocar siguen intactas. Estamos preparando un nuevo disco que seguramente saldrá a finales de año o principios del que viene. Me encuentro muy bien, no sé que pasará en el futuro pero tampoco me interesa.
Han conseguido mantenerse todo este tiempo haciendo la misma musica, sin perder su esencia, ¿cuál es el secreto?
Nuestro secreto ha sido permanecer en la misma baldosa. Es acertar con el estilo y no moverse del sitio.
¿Les favoreció la movida madrileña?
Yo creo que viajó con nosotros. Hubo una canción de puente, "Qué hace una chica como tu en su sitio como este", que nos sirvió para conectar con ese movimiento. Vivíamos en Malasaña, yo pinchaba en el Penta en los años 80... Coexistimos con ellos y no se nos enterró con aquella moda. Serán años irrepetibles en los que nos lo pasamos muy bien, fueron años de apertura.
