El expresidente del Congreso y exministro de Defensa, José Bono, ofreció ayer una conferencia sobre religión y socialismo. Bono fue presentado por el secretario provincial del PSOE de Ourense, Rafael Villarino.
¿Cómo ha conjugado su fe y su ideología?
Desde que ingresé en el PSOE en el año 1969 he podido compatibilizar mis creencias y mi militancia sin grandes dificultades. Una frase podía resumir lo que quiero decir: “Si hubiera sido incompatible ser socialista y ser cristiano habría que haber cerrado la mitad de las iglesias o la mitad de las agrupaciones locales del PSOE”. Son muchísimos los cristianos que votan al PSOE. Sin embargo, el partido se ha instalado a veces en el anticlericalismo, y a la Iglesia católica en demasiadas ocasiones le ha gustado ser amiga del poder, especialmente del de la derecha.
¿Cómo analiza la relación entre el PSOE y la Iglesia, por ejemplo en la reforma educativa?
Debería ser provechosa. Yo creo que no es negativo, sino que incluso me parece positivo que los niños conozcan la importancia de la religión porque la religión forma parte en gran medida de nuestro genotipo histórico. Ahora, lo que no me parece adecuado en los tiempos en que vivimos es que en la escuela se pretenda enseñar el catecismo.
¿Sus creencias le han ocasionado conflictos políticos?
Sí, claro. Siendo presidente del Congreso de los Diputados, el obispo Martínez Camino amenazó con excomulgarme si votaba la ley del aborto. En otra ocasión, el obispo de Sigüenza me prohibió ser padrino de una niña de Molina de Aragón. ¿Por qué? Porque decía que el Código de Derecho Canónico me lo impedía por ser socialista en grado de dirigente. También he de decir que ha habido ejemplos contrarios.
¿Cree que el PSOE debe recuperar votos de los cristianos de izquierda?
El PSOE tiene que seguir cultivando la ética como un factor esencial de la política. Y en el cristianismo hay un componente ético innegable. Tenemos menos voto cristiano en el PSOE que en otra época, pero no es que los cristianos nos hayan abandonado, sino más bien que cada vez hay menos cristianos en España.
¿Descarta volver a la primera línea política?
Sí, absolutamente. Espero vivir toda mi vida con el carnet del PSOE en mi poder y me siento muy orgulloso de ello, pero no tengo el más mínimo deseo de tener actividad política.
¿Cómo le gustaría ser recordado?
Como alguien que buscó la verdad. Como una persona moderada que busca la verdad y que está alejada del dogmatismo. Mi fe tiene más que ver con las emociones que con el dogma. Me dice mucho más el ejemplo de un misionero que el dogma de la Inmaculada Concepción.
