EN OURENSE

La joven que se fugó no quiere tener contacto con su familia

Catalina Nieto se personó en una comisaría de Castilla y León, explicando que su marcha fue voluntaria

La joven que estaba desaparecida desde el pasado día 6 de abril, C.N., de 18 años,  se encuentra en buen estado de salud, tras abandonar Ourense por voluntad propia para emprender una nueva vida lejos de sus familiares. La joven, nada más tener conocimiento de que estaba siendo buscada por las fuerzas de seguridad, se personó en la noche de ayer en una comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en la comunidad autonómica de Castilla y León y, según pudo saber este periódico, aseguró a los agentes que no entendía porque la estaban buscando al ser ya  una persona adulta. Eso sí, dejó claro a los agentes que acudió por voluntad propia a la sede policial, pero con la condición de que no diesen a conocer a nadie de su familia, conocidos o vecinos  el lugar en que se encontraba, su nuevo domicilio y ningún detalle de su vida. 

La desaparición fue denunciada por su abuela, S.R. de 62 años y vecina de Freande (Sarreaus), el pasado día 10 al no tener noticias de su paradero, no responder a las llamadas a su teléfono ni tampoco desplazarse desde la ciudad hasta la citada localidad de Sarreaus, tal y como venía haciendo cada fin de semana y donde aparentemente se sentía a gusto. 

La joven estudiaba durante la semana en la ciudad y los fines de semana se desplaza al pueblo. Sus abuelos declinaron realizar manifestaciones públicas y  ayer confiaban en el trabajo de las fuerzas de seguridad para dar con su paradero. La desaparición había sorprendido a los vecinos de Sarreaus, donde en la mañana de ayer lamentaban la situación al tiempo que arropaban la familia de la joven. El vecindario respira más tranquilidad por la noche una vez que se comentó la noticia de que la joven había dado señales de vida en una comisaría de la Policía Nacional, asegurando que estaba bien y que su marcha había sido voluntaria.

Custodia

Los abuelos paternos tenían la custodia de la joven hasta que alcanzó la mayoría de edad, después de que su padre, Miguel Nieto, fuera asesinado  por dos personas en un monte cerca de paraje conocido como As Estivadas (Cualedro). Uno de los culpables de su muerte, su suegro, Manuel García –ya fallecido–, perdió la custodia de la joven tras ser condenado en favor de Saladina Rodríguez. 

La madre ya había fallecido anteriormente en un accidente de tráfico en extrañas circunstancias en la carretera que une los municipios de  Sarreaus y Xinzo de Limia. 

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