Según los datos más recientes del Observatorio de Emancipación perteneciente al Consejo de la Juventud de España (CJE), la población joven de la provincia de Ourense, entre los 16 y los 29 años, tiene que dedicar, de media, entre el 30 y el 40% de sus sueldo neto a costearse la hipoteca de su vivienda. La situación, sumada a la precariedad laboral, hace que solo una sexta parte de los jóvenes gallegos decida dar el paso y emanciparse del hogar familiar.
En lo que respecta a Galicia, el informe correspondiente al segundo semestre de 2021 de este organismo sitúa a la juventud ourensana en una situación ventajosa con respecto a los pontevedreses que destinan entre el 40 y el 50% de su salario neto al pago del préstamo hipotecario. Los que peor lo llevan son los coruñeses, que deben invertir entre el 60 y el 70% de sus ingresos para costearse su hogar.
En cuanto a los arrendamientos, el informe de la CJE refleja que los jóvenes gallegos invierten en la vivienda de alquiler más del 50% de su paga mensual antes de impuestos.
Las cifras, en conjunto, refuerzan otro dato relevante: en toda Galicia solo el 15,1% de estos jóvenes entre 16 y 29 años estaba residiendo en una vivienda distinta a la familiar a finales de 2021, un porcentaje que apenas subió del 15% desde finales de 2020. Así, Galicia se sitúa ligeramente por debajo de la media española tanto en la tasa de emancipación (15,6%). Por otro lado, los que pasan de la treintena son más independientes: más del 60% de aquellos con edades comprendidas entre los 30 y los 34 vivían fuera del hogar de origen.
Según el CJE, otros factores explican el bajo índice de emancipación: a finales del año pasado el 59,7% de las personas jóvenes asalariadas en Galicia, entre los 16 y los 34 años, trabajaba en empleos precarios con contratos temporales inferiores a los tres meses, un aumento con respecto al 2020, en el que se registró un 53,1% de población empleada en esta franja de edad.
Además, en el contexto gallego, el repunte de la temporalidad coincidió con un avance de la sobrecualificación y del paro de larga duración. Aunque, a nivel agregado, a finales del 2021 había un 23% de paro juvenil, un 7,54 % menos que en el anterior.