La jueza riñe en una sentencia absolutoria a un acusado por burlarse de la Justicia

Edificio de los juzgados de Ourense. XESÚS FARIÑAS
photo_camera Edificio de los juzgados de Ourense. XESÚS FARIÑAS

Pablo B.H. de 24 años y brigadista de profesión, fue absuelto de conducir sin permiso por pérdida total de puntos un coche propiedad del inculpado que se vio implicado en un accidente de tráfico con fuga. La acusación pública responsabilizaba al inculpado del choque contra otro turismo que circulaba correctamente. Los hechos ocurrieron el 5 de agosto de 2020 en la carretera que une  San Benito y San Miguel do Campo, en Pereiro de Aguiar.

La jueza del Penal 2 no tiene la certeza de que el acusado fuese al volante del coche que causó el siniestro ya que el autor se fue del lugar  “sin que las personas que estaban presentes  (la conductora del otro vehículo implicado y un vecino)  hayan podido reconocer en el acto de juicio al acusado como la persona que conducía”.

No obstante, la ponente  alaba la investigación de la Guardia Civil.  La actuación de los agentes la califica de “absolutamente intachable y procesalmente impecable, en contra de los sostenido por la defensa”. Incluso reprocha al abogado “comportamientos absolutamente inadmisibles como son increpar verbalmente a los agentes a las puertas del juzgado”. La togada recuerda que los cauces únicamente admisibles desde un punto de vista legal para cuestionar la actuación de los agentes “pasarían por articular los recursos correspondientes contra la actuación con la que  no se está de acuerdo o incluso invocar la nulidad de actuaciones con ocasión de la celebración del jucio oral”.

Para la magistrada, “la investigación policial fue totalmente respetuosa con los derechos y garantías procesales recogidos en nuestro ordenamiento”, en alusión a la nulidad que pidió el abogado porque acudieron a casa del inculpado, cuando aún o estaba denunciado, y se entrevistaron con su hermano menor. “Desconocían en ese momento que Pablo fuese el titular del coche causante del siniestro. Y considera una “burla” el hecho de que el acusado  jugó al despiste con los agentes  a la hora de dar nombres distintos sobre la persona que conducía el coche.

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