Cuatro implicados reconocieron en la vista los delitos que se les imputan
La sala del Juzgado de lo Penal 1 acogió ayer un juicio contra ocho acusados implicados en robos en viviendas y receptación de joyas robadas. Se trata de Diego Domínguez, Yonathan Montoya, Elías Montoya, Rubén Vázquez, Jessica Abad, Diego Araújo, Pablo Menéndez y Dolores Cerreruela, que declaró desde Badalona.
A los cuatro primeros se les imputan delitos de robo con fuerza en viviendas habitadas. Los cuatro últimos están acusados de delitos de receptación porque, según la fiscal, recibieron las joyas que los anteriores habían supuestamente robado en siete casas del rural para ponerlas a la venta u obtener un "beneficio patrimonial injusto".
El ministerio público solicitó inicialmente para Diego Domínguez y Yonathan sendas penas de cuatro años y medio de prisión; para Elías tres años y para Rubén Vázquez dos años y medio de cárcel. Para Jessica, Diego Araújo y Pablo la fiscal solicitó, en cada caso, penas de un año de prisión; y para Dolores un año y nueve meses. Pero el juicio quedó suspendido hasta el 1 de julio, por no declarar ayer en calidad de testigos algunas de las víctimas, cuyos testimonios consideró la fiscal "relevantes para la causa".
A falta de la segunda parte del juicio, previsiblemente algunas de estas peticiones se verán modificadas por haber reconocido cuatro de los encausados los hechos que los llevaron a sentarse en el banquillo.
RECONOCIÓ LOS HECHOS
Los hechos que se les imputan ocurrieron entre marzo de 2012 y junio de 2014, cuando accedieron al interior de las viviendas forzando puertas y ventanas. Diego Domínguez, quien declaró desde prisión y está considerado como el cabecilla del grupo, relató cómo se había perpetrado cada uno de los robos, inculpando a Yonathan, Elías y Rubén en algunos de ellos, aunque éstos lo negaron. Según sus manifestaciones y coincidiendo con las denuncias registradas y los testimonios de los afectados, se hizo con 9.500 euros y grandes cantidades de joyas y vajillas de plata.
La defensa de los hermanos Yonathan y Elías negaría esa implicación, alegando que "Diego Domínguez les debía dinero por la venta de varios vehículos, por lo que robaba para pagar sus deudas y por ello los implicó". En cambio, los agentes de la Policía Judicial que investigaron los robos coincidieron al afirmar que el relato de Domínguez es muy detallado y minucioso a la hora de explicar cómo los otros tres también participaron. Diego Araújo, Jessica y Pablo reconocieron haberse desplazado a Vigo con parte de las joyas para venderlas, "con conocimiento de su ilícita procedencia". En cambio, Dolores, encargada de una tienda de compra-venta de oro en la ciudad, negó su implicación en la causa: re- coger las joyas sin hacerlas constar en ningún registro y apagar las cámaras de seguridad.
