Los supuestos abusos sexuales por los que está acusado un octogenario pueden suponerle una temporada en prisión en caso de que prospere la petición inicial de condena del Ministerio Fiscal. Los hechos por los que está acusado supuestamente sucedieron el 26 de agosto de 2022 cuando el inculpado fue a visitar a una anciana ingresada en una residencia de mayores de Bande. Su mujer era la guardadora de la víctima ya que esta última padecía demencia, una enfermedad que afectaba a sus capacidades intelectivas y volitivas.
Según la versión de la Fiscalía, el encausado aprovechó una de las visitas para, con una silla de ruedas, conducirla a una zona apartada. Los supuestos abusos se produjeron a sabiendas -añade la acusación- de la discapacidad y vulnerabilidad de la anciana con el fin último de “satisfacer sus deseos libidinosos”.
David P.G. será juzgado en el Penal 2 y, además de la pena de tres años de cárcel, se enfrenta a un alejamiento a 300 metros durante cinco años, prohibición de comunicación y una indemnización por daños morales fijada en 5.000 euros. Tal como ocurre con los delitos sexuales, las condenas también llevan aparejadas una libertad vigilada que comienza a contar tras la pena privativa de libertad. En este caso, está fijada en cinco años. La fiscal tuvo en cuenta la vulnerabilidad de la víctima para fijar la cuantía de prisión por los abusos.
Los delitos en 2022
Este procedimiento judicial se inició en 2022, un periodo en el que hubo un ascenso de los delitos contra la libertad sexual en la provincia. En ese periodo se denunciaron 98 casos, un 63% más que en el año previo pero un 96% más en comparación con 2019. Entre todas las denuncias registradas, 19 fueron agresiones sexuales con penetración.
