Tribunales

A juicio por dañar con un tractor la residencia de Mario Conde en A Mezquita

El inculpado, ayer en el juzgado.
photo_camera El inculpado, ayer en el juzgado.
El inculpado lo niega pero ese verano discutió con el guardés del pazo porque llamó "ladrón" a su jefe

El fiscal considera que las pruebas lo delatan aunque el inculpado negó ayer la autoría de los daños en el pazo en el que residía en régimen de alquiler el exbanquero Mario Conde en Chaguazoso (A Mezquita). Cuando Fernando A.D.S. (49 años) supuestamente reventó con un tractor, pasando por encima, la cancilla de acceso a la finca y dañó una segunda puerta  que da acceso al patio interior del inmueble tras recorrer 100 metros, en la madrugada del 6 de julio de 2016, el financiero no estaba en Ourense. La operación Fénix por delitos contra la Hacienda pública, blanqueo de capitales y organización criminal, en la que incluso hubo un registro policial de la casa de Chaguazoso, que le llevó a prisión preventiva en abril de ese año estaba en pleno apogeo (la causa quedó finalmente archivada por la Audiencia Nacional a finales de mayo de 2019).

 El propio dueño de la conocida como Casa Grande da Cerca aseguró ayer en el juicio que el inquilino, en aquellas fechas, le debía "cinco o seis meses de alquiler". Eso sí, según confirmó el testigo, Conde se hizo cargo de la reposición de las cancillas por su cuenta, sin su consentimiento y "hasta le puso sus iniciales". 

Fernando, acusado de dañar las cancillas de entrada, la puerta del pazo y el vehículo de un vecino, negó tener algún tipo de enemistad con Mario Conde, aunque el fiscal le recordó que uno es presa de las palabras. El guardés declaró que ese verano discutió con el encausado porque llamó "ladrón" a su jefe. Según la versión del inculpado, esa noche se fue a su casa con un amigo (al que el fiscal mandó deducir testimonio al considerar que miente) porque no se tenían en pie tras un noche con mucho alcohol y clubes de alterne. El tractor -matizó- está abierto y siempre con las llaves puestas. Además, según esa misma versión, la Guardia Civil le tenía manía y le acosó para que se declarase culpable. "No me caen bien y a ellos yo tampoco", declaró durante el interrogatorio de la acusación pública. 

La declaración incriminatoria del vecino que alertó a la Guardia Civil, el dueño del vehículo dañado, quedó matizada en el juicio oral. "Vi el tractor a toda hostia y una silueta y supuse que era él, pero era de noche y no puedo decir 100% que condujese Fernando; no lo podría jurar por mi vida".

La Guardia Civil confirmó un detalle que, como las migas de pan de Pulgarcito en el cuento, le llevó hasta la casa del acusado. "El tractor, al impactar contra la puerta de la finca dejó un surco de líquido hidráulico que conducía a la casa del acusado, a más de 500 metros de distancia, y también aparecieron restos de pintura en el coche y las puertas embestidas", explicó un agente. Pese a las horas intempestivas, pasadas las seis de la mañana, el inculpado abrió la puerta vestido con ropa de calle y las botas puestas. Él asegura que estaba durmiendo y que los agentes lo despertaron "para contarme esa fantasía". 

El ministerio fiscal interesó una condena de 15 meses multa, con una cuota diaria de 12 euros, además de indemnizar al dueño del coche con 6.756,28 euros (el seguro le pagó ya 2.000) y al dueño del pazo con 5.178 por daños causados en su propiedad. 

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