TRIBUNAL POPULAR

El jurado califica el crimen de Verín como un asesinato

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Considera responsables a la esposa de la víctima, su hija, el exnovio y el sicario contratado.

El jurado popular que decidió sobre el crimen del chófer de Verín Bernardino Pousa, quien apareció muerto a golpes el 11 de septiembre de 2011, fue contundente y declaró culpables de asesinato a la esposa de la víctima, Dolores Álvarez; su hija, Ángeles Pousa; el exnovio de ésta, Alberto Vázquez, y el sicario contratado por este último, Ilidio Magalhaes.

Las penas que se les impondrá las dictaminará el magistrado presidente del jurado, Manuel Cid Manzano, en la sentencia en la que se recogerá el veredicto del tribunal popular. En la concreción de la pena, en virtud de lo manifestado por el jurado, deberá tener en cuenta a modo de atenuante la colaboración destacada de Alberto Vázquez para el esclarecimiento de los hechos.

La sentencia dejará probado que, entre los meses de mayo y junio de 2011, Dolores Álvarez, Ángeles Pousa y Alberto Vázquez 'planearon matar a Benardino Pousa'. A este fin decidieron contratar a un sicario ante la creencia de que Poousa se iba a divorciar porque tenía otra relación sentimental y ello iba a provocar el reparto del patrimonio conyugal. Conforme a ese plan, la esposa sería la que aportase el dinero para pagar el crimen. Con este objeto, Vázquez contactó con Ilidio Magalhaes, apodado 'el Cobra', quien aceptó matar al chófer verinense a cambio de 5.000 euros, siguiendo las instrucciones de las otras dos acusadas (ellas sostuvieron en el juicio que no sabían nada de ese concierto).

El novio de la hija le pagó a Magalhaes diversas cantidades de dinero en varias ocasiones en que se vieron para planear la muerte de Pousa y buscar lugares propicios para matarlo. El jurado determinó, tal como sostenía la fiscal y las dos acusaciones particulares personadas, que tras diversos intentos fallecidos, el 11 de septiembre por la tarde, los tres ideólogos del plan, decidieron que ese era el día que debían llevar a cabo el crimen. para ello, Vázquez fue a buscar a Portugal al sicario, le prestó un móvil y lo dejó en las inmediaciones de la nave de Autocares Guerra, donde sabían que la víctima iba a llegar de una viaje en autobús a Vigo. 'Alberto le avisó, a través del teléfono que le había prestado, del momento en que el autobús llegaba a la nave para que estuviera preparado', dejó probado el tribunal popular.

Este último dice que Ilidio, para asegurar su propósito, abordó al chófer por la espalda, practicándole un corte en el cuello y numerosos golpes con una barra de hierro que le causaron la muerte por las múltiples fracturas craneales y las hemorragias en el cerebro.

Asimismo, el jurado dio verosimilitud al hecho de que Alberto Vázquez facilitó la huida del sicario, si bien antes fue donde su novia, la hija del fallecido, para preguntarle dónde estaba guardado el dinero con el que iban a pagar el encargo, indicándole esta última que en el bolsillo de una chaqueta.

Tras la lectura del veredicto, la fiscal interesó penas que van desde los 17 a los 22 años de cárcel para los inculpados, además de abonar 45.000 euros al hermano del fallecido y 20.000 para cada uno de sus dos nietos. La acusación particular se adhirió a la petición de prisión pero elevó la cuantía de las indemnizaciones.

Las defensas, por su parte, interesaron la mínima pena para el delito de asesinato.

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