Kiko Toja es especialista en Farmacia Hospitalaria
El carballés Kiko Toja recibió el galardón VII Premio Roberto Marín al mejor residente en Farmacia Hospitalaria el pasado sábado, en el marco del 67 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Este reconocimiento pone en valor su recorrido formativo, que desarrolló durante cuatro años en el CHUO, donde actualmente trabaja como especialista.
¿Qué valora este galardón?
Principalmente, la trayectoria de los cuatro años de residencia. Hay un baremo de méritos, se tiene en cuenta el currículo y también se valora un proyecto de innovación o investigación. En mi caso, presenté mi investigación sobre medicina personalizada en psiquiatría, en la que estudio cómo predecir la respuesta al tratamiento de antipsicóticos de pacientes con esquizofrenia, fundamentalmente.
Terminó su residencia en el CHUO en mayo, tras cuatro años, y una pandemia.
La verdad es que hacer la residencia en casa, porque ya considero el CHUO mi casa, fue una maravilla. Estuvo marcada por rotaciones clínicas, que nos aportan mucho y en pocos servicios se consigue. Vivir la pandemia como residente supuso un reto, pero hay que leerlo como una ventaja, nos hizo ser mejores en muchas cosas.
El premio demuestra que la calidad no está solo en los grandes hospitales españoles…
Sí, de hecho era uno de mis alicientes al presentarme al premio, y sinceramente, estoy muy ilusionado. Muchos piensan que los hospitales con menos recursos no son válidos, y no es cierto, son igual de válidos. Con ganas, se pueden hacer muchas cosas.
Tras recibir este reconocimiento, ¿cuáles serán sus próximos pasos?
En enero me voy a Santiago, al Hospital Clínico Universitario (CHUS). El Instituto Carlos III me concedió un contrato para compaginar la investigación y las tareas asistenciales. Es una nueva oportunidad de desarrollar mi labor investigadora.
