El edificio de la Plaza de Abastos afronta sus últimos días antes de la reforma integral ansiada por placeros y vecinos. El entorno del edificio ya está vallado –el gobierno municipal ultima el cercado–, y los comerciantes, tras años de espera, miran el futuro con cierto optimismo, aunque también con dudas. "No se sabe en qué medida va a afectar esta reforma a los que están en el rianxo, no lo tenemos claro todavía", asegura Emilio González, "Milucho", presidente de la asociación de comerciantes de la Plaza de Abastos.
"Estes días estou bailerando o interior do bar, porque aí seica van poñer a grúa das obras", explica el propietario del antiguo café bar Mercado, anexo al edificio principal, que estos días se despide del local. La actividad comercial todavía se desarrolla con normalidad estos días en la zona aledaña a la plaza, a la espera de que se inicien las obras.
Los okupas
El vallado del edificio no impide que el grupo de okupas instalado en la zona continúe haciendo uso del espacio, y el propio precinto permite la entrada al lugar. "Levan aí máis de ano e medio, e aquí ninguén fixo nada para botalos", asegura una placera.
Al menos tres personas habitan todavía en el interior de los puestos okupados, en los que aumentan los desperfectos –el pasado mes de septiembre fue necesaria la intervención de los bomberos a causa de un incendio en uno de los locales–. "Ellos ahí tienen luz, ilegal claro, y parece que no pasa nada, parece que tienen más derechos que los trabajadores", asegura Emilio González. "Como van querer marchar de aí, se teñen de todo e ninguén os bota, eu tamén me quedaba nesas condicións", apunta una comerciante.
Durante los últimos meses, el número de robos se ha multiplicado en la zona. Los placeros aseguran que los okupas han forzado la cerradura de varios puestos de la zona del rianxo –por lo menos, en cinco–. "Incluso entraron en la plaza, arriba, y lo cogieron nuestras cámaras de seguridad, pero no ha pasado nada, pese a que se lo enseñamos a la policía", apunta González. Los comerciantes se muestran "hartos" de la situación: "É impotencia o que sintes, porque non é xusto que semana tras semana rouben nalgún dos postos. Fastídianche as persianas, as pechaduras... É un diñeiro que gastas en arranxar todo". Según señalan los comerciantes, los vecinos de los alrededores ya no aparcan sus coches en la zona, después de que se produjesen varios robos: "A unha rapaza rompéronlle a ventá do coche para collerlle o bolso, que o atopamos nós despois tirado no rianxo, coma tantos outros, sen diñeiro".
Los comerciantes reclaman más vigilancia policial en la zona, así como acción por parte del gobierno local: "Non temos por que aguantar isto".
Un lugar inseguro, a pocos metros de la zona de As Burgas
Desde hace meses, pocos son los vecinos o placeros que utilizan el camino entre los puestos okupados, por miedo a represalias. La zona, en la que se acumula basura y desperfectos de todo tipo, muestra la degradación de un espacio tradicionalmente comercial. "Por aí xa non vai ninguén, téñeno para eles", aseguran desde el rianxo. "É certo que é moi sinxelo falar sen coñecer a situación que vive alguén que non ten casa, é moi duro, e quen sabe que fariamos nós", apunta un vecino. Pero para muchos, la inacción municipal no tiene excusas: "Está en pleno centro da cidade, ao carón das Burgas, un dos monumentos máis visitados polos turistas... que imaxe da a cidade con este ambiente aquí ao lado?". A la espera de la orden judicial, los placeros reclaman más vigilancia en la zona: "Polo menos, xa que a Policía Local non pode facer nada, que pasen por aquí para que os vexan, igual roubaban menos".
