La Patrulla Canina o la máquina de coser de Nicoleta son algunos de los productos que llevan agotados en las tiendas desde hace 15 días
Quedaban apenas cinco horas para la llegada de los emisarios de Oriente y había que darse prisa para hacerse con los regalos deseados. Las tiendas de juguetes de la ciudad registraron durante la jornada de ayer una gran actividad, hecho que motivó a algunos establecimientos a no cerrar sus puertas ni al mediodía. Los ourensanos que dejaron sus compras para el último momento se han encontrado con colas de entre media hora y tres cuartos para poder pagar y llevarse sus artículos envueltos. "La gente suele esperar a última hora para comprar el regalo de Reyes. Sin embargo, lo hacen con más tiempo de antelación si se trata de Papá Noel", explicó Begoña Godoy, encargada de la tienda Juguetos, situada en la calle Santo Domingo. Además de largas colas, otra de las imágenes más repetidas fue la de pasillos abarrotados de gente que, teléfono en mano, pedía consejo para saber qué comprar, naturalmente por encargo de los Magos, a sus nietos y sobrinos.
Con este panorama, no quedaba otra que tomarse la espera con paciencia: afuera estaba lloviendo y lo importante era agradar a los más peques de la casa en una fecha tan especial. Eso sí, aguardar hasta el último día trae consigo alguna que otra decepción. Por ejemplo, hacerse ayer con algún producto de La Patrulla Canina, un grupo de perros policías, socorristas y bomberos que ayudan a los vecinos en apuros, era una auténtica misión imposible.
Otro de los juguetes más demandados en las cartas que escribieron los niños este año eran la Casa de Amanda Maison y la máquina de coser de Nicoleta, "agotados ya desde antes de Nochebuena", explicó Nuria Chaudarcas, dependienta de la tienda Imaginarium. Los ayudantes de los Reyes Magos menos previsores tuvieron que optar por juguetes no tan de moda como triciclos, pizarras borrables, patines y cocinas. En cualquier caso, tras el estrés vivido ayer, hoy toca abrir los regalos y disfrutarlos en familia.
