Los tradicionales festejos del Corpus han pasado sin pena ni gloria confirmando que la celebración va cuesta abajo y sin frenos. Con más polémica y ruido que actividades, los políticos empiezan su particular batalla.
Pese a que oficialmente las Fiestas de Ourense estuvieron programadas durante nueve días, pocos son los vecinos que hayan tenido la sensación de estar en una semana diferente al resto del año salvo por circunstancias como los cortes de tráfico en arterias de la ciudad o alguna que otra molestia por la música de los conciertos que, salvo los de pago en Expourense, tampoco dejaron la estampa de otros años de la Praza Maior a rebosar y con colas en los accesos.
Tras confirmarse un despropósito que se veía venir, con el anterior gobierno municipal evitando incluso la tradicional rueda de prensa para anunciar la programación de las Fiestas, toca reflexionar y preguntarse: "¿Y ahora qué?", ya que Ourense no puede renunciar a contar con un instrumento, como son este tipo de celebraciones, que genere dinamismo a la economía local y que se convierta en un polo de atracción para visitantes.
El ejemplo está a 100 kilómetros, en Lugo, donde el Arde Lucus o el San Froilán son auténticas citas de referencia mientras en la ciudad de As Burgas no hubo ni una misera charanga para animar las calles, donde debe residir el espíritu festivo.
En el ruedo político, la batalla por el futuro de las Fiestas tampoco se ha hecho esperar. El nuevo alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, no ha dudado en señalar directamente a sus socios de gobierno, del PP, y en concreto a la exedil de Cultura, Belén Iglesias, como "responsables de unas fiestas grises, menos participativas", un diagnóstico compartido por el portavoz del PSOE, Rafael Rodríguez Villarino, que habla directamente de "un auténtico fracaso, improvisado e con problemas de tráfico, conseguindo ademais que a cidade estea sen limpar".
El socialista no ha dudado tampoco en culpar al PP, pero también a DO, "xa que se así empezan, a ver como acaban nunha cidade que perde a súa identidade e que está na cola de espectáculos e na cima do desastre organizativo".
Los socialistas reclaman una consulta ciudadana sobre la ubicación de barracas o las fechas
Coincidiendo casi todo el mundo en la mala salud de las Fiestas, las propuestas empiezan a ponerse sobre la mesa, como un posible cambio de fechas (así lo llevaba DO en su programa) al mes de noviembre, aunque Gonzalo Jácome ha descartado suprimir las Fiestas del Corpus, aunque quiere reorientarlas "hacia una especie de fin de curso para que vengan estudiantes", reservando para San Martiño una feria del vino, un gran magosto o "una degustación de los primeros chorizos de temporada", un evento con el que ironizó Rafael Villarino, preguntándose "se ese é o futuro que nos espera".
Los socialistas también tienen ideas para involucrar a la ciudadanía en las Fiestas, que trasladarán a una moción plenaria. El edil José Rúas anunció que solicitarán la realización de una consulta ciudadana a través de la web municipal para que se vote sobre la ubicación de las atracciones o la fecha en la que tengan lugar las Fiestas. "Non debe ser cuestión de opinións persoais, debe ser a xente a que diga que festexos quere ter", añadió Rodríguez Villarino.
