El obispo resaltó la figura del sacerdocio durante la Misa Crismal
La Iglesia ourensana celebró ayer, Miércoles Santo, la Misa Crismal señalada para el Jueves Santo y adelantada para facilitar la presencia de los sacerdotes. Los actos comenzaron a las 17,00 horas en la Iglesia de Santa Eufemia con un retiro dirigido al clero por el obispo, Leonardo Lemos. Siguió las 19,00 horas en una Catedral repleta de fieles para asistir a un oficio fundamental en la liturgia católica, donde comenzó la misa. En ella se consagró el Crisma (para el bautismo, la confirmación y el orden sacerdotal), el óleo de los Catecúmenos para el bautismo y el de los Enfermos. Y los sacerdotes renovaron sus promesas sacerdotales.
Concelebraron un centenar de sacerdotes y el prelado dirigió una homilía en la que resaltó la figura del sacerdocio recordando el momento de la ordenación "que ha sido, para cada uno, don y misterio, por ello la entrega y la fidelidad". Comentó la palabra de Cristo en la cruz, "que sigue repitiéndose en el mundo de la dictadura del relativismo, el bienestar y el ruido que atrapan nuestra existencia". Siguió recordando que de esa fidelidad depende la fe de los fieles: "No somos funcionarios, el Ministerio Sacerdotal no es para un tiempo o un lugar, somos sacerdotes para siempre y no podemos jugar con nuestra identidad".
Para la vivencia del sacerdocio pidió a los presbíteros "la oración, los retiros y reuniones, los ejercicios espirituales, y la formación continua. Recordando al papa, Lemos afirmó que "no se puede llevar a Cristo a los pobres si no se descubre antes en la oración". Terminó pidiendo a los fieles oraciones por los sacerdotes, a quienes dijo "no los critiquéis".
