Los padres de dos de ellas deberán indemnizar a una de las perjudicadas en casi 11.000 euros

Libertad vigilada para tres adolescentes que robaban pisos

Dos de las alumnas penadas estudiaban en el Divino Maestro. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
La jueza de Menores de Ourense acordó imponer entre 24 y 18 meses de libertad vigilada, además de tener que someterse a tratamientos ambulatorios, a tres de las cuatro adolescentes (de entre 16 y 17 años en el momento de los hechos) juzgadas por robos cometidos en pisos de sus propios compañeras de clase, a los que accedían tras sustraerles de las mochilas las llaves. Tres de ellas eran alumnas del colegio Divino Maestro y otra del Sexto Instituto en el momento en el que ocurrieron los hechos. En el juicio, el fiscal retiró la acusación para la cuarta.
En concepto de responsabilidad civil, los padres de dos de las condenadas deberán hacer frente a una indemnización de casi 11.000 euros, el importe de las joyas que desaparecieron en una de las viviendas, junto a dinero en efectivo.

Una de las estudiantes comenzó su actividad delictiva en noviembre de 2011 en casa de una compañera del 'Divino Maestro'que, a la postre, era vecina. Para ello, se apoderó de la llave en su mochila. Luego, junto a otra de la inculpadas, llegaron a entrar a una de las viviendas, situada en la calle Río Mao, en al menos seis ocasiones durante el pasado año. El operativo les resultaba productivo: mientras una vigilaba, la otra se abría camino dentro de la casa. Eso sí, con rotación de funciones. En total, de ese inmueble desaparecieron alhajas por importe de 10.000 euros y otros 700 en efectivo.

La participación de las tres -dos alumnas del Divino Maestro y otra del Sexto Instituto- en un mismo robo está acreditada en una ocasión, en una sustracción que tuvo lugar en enero de este mismo año en otro piso de Río Mao, de donde se llevaron joyas y una cámara de fotos. En este caso, fueron recuperados casi todos los efectos .

Asimismo, la jueza da por acreditado otro robo en la avenida de Santiago en el que tomó parte la primera iniciada en estas lides.

Las menores contaron con la ayuda de tres adultos -entre ellos un tío de una de ellas y un novio-, a los cuales les entregaban los objetos robados para después venderlos y repartir con ellas las ganancias.

En las declaraciones policiales, la 'cabecilla' implicó a una quinta compañera, contra la que se decretó durante la instrucción el archivo por no quedar acreditada su participación más allá de la incriminación realizadas por su amiga.

El equipo técnico del Juzgado de Menores detectó en las jóvenes pautas educativas tolerantes por parte de la familia así como poca firmeza en la imposición de límites. Esto es, menores que no perciben la existencia de límites claros en su ámbito familiar.

La jueza apercibe a las menores para que en caso de que no cumplan la medida impuesta, además de incurrir en un delito de quebrantamiento, se acordaría la sustitución de la libertad vigilada por un internamiento en régimen semiabierto.

La medida decretada conlleva un seguimiento de la actividad de las menores: su asistencia al colegio, al centro de formación profesional o al lugar de trabajo, procurando ayudarle a superar aquellos factores que le motivaron a cometer la infracción. Están obligadas a seguir las pautas socio-educativas que señale la entidad pública o el profesional encargado de su seguimiento, a mantener con el mismo las entrevistas establecidas en el programa y a cumplir, en su caso, las reglas de conducta impuestas por la jueza.

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