La inversión requerida se duplica si se añaden las conexiones ferroviarias con Santiago, Lugo y Vigo

La línea AVE hacia la Meseta precisaría 869 millones anuales para estar lista el año 2012

Obras de construcción del tren de alta velocidad, en la zona de Maside. (Foto: Miguel Ángel)
La llegada del AVE en el año 2012, fecha en la que insiste el Gobierno pese a las dificultades técnicas para cumplirla, exige un cuantioso desembolso presupuestario en las líneas gallegas. Las obras pendientes en la conexión desde Ourense hacia la Meseta demandan un gasto de 869 millones cada año hasta el 2012, mientras que para enlazar Ourense con las otras ciudades gallegas con las que tiene línea directa (Santiago, Vigo y Lugo) son necesarios otros 874 millones. En total, 1.763 millones cada año.

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Miguel Ángel

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Para que la línea de alta velocidad procedente de Madrid pueda llegar a Ourense en 2012, como insiste el Gobierno central y autonómico, los tramos pendientes desde la ciudad hacia la Meseta necesitan recibir una inversión media de 869 millones de euros. A ellos hay que sumar otros 288 para que pueda estar terminada la conexión desde Ourense a Santiago. Y, si se añaden las líneas con Vigo y Lugo, cuya tramitación está más retrasada que las anteriores, es preciso consignar 364 y 242 millones anuales, lo que supone un total de 1.763 millones, según datos del experto ferroviario Xosé Carlos Fernández. Pero en Galicia quedan también pendientes otros tramos, como el Eje Atlántico o la conexión de Vigo con la frontera portuguesa, hacia Oporto, que requerirían 289 millones anuales más hasta 2012. Esto, añadido a las cifras anteriores, ya sitúa en 2.089 millones la inversión precisa para concluir el AVE gallego en la citada fecha. Una cifra muy lejana a las inversiones recibidas en los últimos cuatro años en Galicia (sin incluir las obras de los tramos de la Meseta ya ejecutados, entre Olmedo y Madrid), que rondaron los 600 millones de media anual. Además, no se gastaron en su totalidad, ya que algunas inversiones se postergaron a años siguientes.

En concreto, los tramos entre Olmedo y Zamora necesitan una inversión media de 144 millones de euros anuales hasta 2012. Sus 98 kilómetros están en fase inicial de ejecución; de hecho, de los 700 millones de euros que cuestan las obras, sólo se han invertido unos 50 millones.

Entre Zamora y Lubián, está pendiente de gasto el total de lo que cuestan las obras, 1.100 millones, 275 cada años. Son 130 kilómetros con obras aún sin adjudicar a las constructoras, por lo que no pueden comenzar hasta principios de 2009. Tampoco será posible iniciar la ejecución de la línea entre Lubián y Ourense antes del próximo año, pues los trámites están más retrasados. En este caso, hay dos proyectos de obra terminados (los de Lubián-Vilavella y Vilavella-Vilariño de Conso), pero los otro cuatro tramos están en elaboración y el acceso de Taboadela a la ciudad se encuentra todavía en estudio. Cuesta 1.800 millones, todos ellos aún sin invertir, por lo que son necesarios 450 millones cada año hasta el 2012.

Mientras, el tramo Ourense-Santiago está en obras, en las que se han invertido 1.300 de los 1.800 millones de coste, pues, aunque se están ejecutando las estructuras, faltan aún los accesos a las estaciones y la ins talación de vía, red eléctrica, sistemas de seguridad... Por tanto, faltan 288 millones anuales.

Para construir la conexión con Vigo es precisa una inversión de 1.456 millones. Entre 2009 y 2012 serían necesarios 364 millones anuales pero, debido al retraso de la tramitación (no tiene informe ambiental), no se podrán iniciar las obras hasta 2010. Tampoco antes de este año se podrá empezar a trabajar en el tramo de Lugo, también pendiente de permiso ambiental, y que requeriría 242 millones cada año.

Una promesa que choca con la compleja orografía

Además del retraso que llevan los trámites para que las obras pudiesen estar concluidas en 2012, la promesa de esta fecha choca con los problemas orográficos que presenta el territorio gallego para la ejecución de estas infraestructuras. En concreto, de los 103 kilómetros entre Lubián y Ourense, prácticamente la mitad transcurre por viaductos (hay un total 39) o túneles (que ascienden a 54). Pero Fernández añade que cabe tener en cuenta que el trazado transcurrirá por zonas muy montañosas que tienen los accesos muy alejados (algunas zonas de obra (entre ellas los accesos a túneles y viaductos) distan hasta 20 kilómetros de una carretera, lo que complica la llegada de maquinaria. Además, la línea es la única de alta velocidad en España que aprovecha un tercio del trazado existente y también la única en la que se va a compaginar el servicio ferroviario actual (Galicia-Madrid) con las obras.

Con la conexión de Vigo, se repiten los problemas orográficos. De los 56 kilómetros de nueva construcción (el resto del trazado se aprovecha de la línea Ourense-Santiago y del Eje Atlántico) 34 transcurrirán por 38 túneles (uno de ellos de 10 kilómetros) y 14, por 28 viaductos.

Unas obras tan complejas como las de estos tramos requerirían un plazo de ejecución de al menos cinco años.



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