El trazado de alta tensión obligará a mover un petroglifo y atravesará áreas naturales sensibles

La línea de Red Eléctrica cruza 69 yacimientos arqueológicos

La empresa pública Red Eléctrica de España dice ahora que informará a cada uno de los propietarios afectados por la construcción de la nueva línea de alta tensión entre Beariz (Ourense) y Arbo (Pontevedra) para efectuar la interconexión con Portugal en Vila do Conde.
Lo dice después de recibir duras críticas de grupos ecologistas -a los que también asegura haber informado- y de los propios particulares, que en el caso de Beariz conocieron tarde y sin apenas información -porque no se le dio publicidad en la provincia de Ourense en los canales de mayor difusión- el proyecto de la empresa estatal, entre otras razones porque fue la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra la que dio orden de publicitar en el Boletín Oficial del Estado, el pasado 27 de junio, la solicitud de autorización administrativa, aprobación de proyecto de ejecución, declaración de utilidad pública y declaración de impacto ambiental de la subestación de transporte Beariz 400 kilovoltios, en Beariz.

Red Eléctrica, pese a la contestación social, dice que aspira a alcanzar acuerdos amistosos de ocupación permanente de terrenos con el 90% de los propietarios de los concellos por donde pasará la línea que, asegura, cumplirá plazos y objetivos porque es un proyecto que afecta a dos países, España y Portugal, y que respalda de la Unión Europea. Espera acuerdos amistosos, que eviten trámites expropiatorios por la fuerza y pleitos posteriores pese a que en sus antecedentes en la línea Trives-Aparecida (que conecta Ourense con la Meseta, hasta Tordesillas) aún hay propietarios que pleitean contra la ocupación de sus parcelas, por lo que aún no han cobrado el precio de sus fincas.

Grupos ecologistas y políticos de la oposición en los ayuntamientos por donde pasará la línea -Boborás, Avión, Beariz, Covelo, A Cañiza, As Neves y Arbo- aseguran que el impacto sera demoledor, aunque, según la empresa, no se acercará a zonas urbanas ni tampoco a espacios de interés, pese a que atravesará el lugar de interés comunitario (LIC) que es la cuenca del Bajo Miño y rozará el parque natural del Gêres. También figuran en el ámbito afectado por la línea un buen número de yacimientos arqueológicos -69, 60 conocidos y nueve descubiertos al diseñar el trazado sobre el terreno-, que la empresa dice haber salvaguardado. En Avión, admite que trasladará un petroglifo unos metros para evitar la zona de policía de la línea.

La empresa reconoce que su mayor problema es la aceptación social y reconoce dificultades en Arbo porque es donde la línea está más cerca de las casas. Con todo su intención es empezar las obras el próximo año y poner la línea en servicio en 2016. El presupuesto que maneja es de 52 millones de euros, 27 millones en la línea y casi 26 en las dos subestaciones.

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