Luz Cánovas, responsable de la Unidad del Dolor del CHUO: "Hay técnicas que pueden aliviar casi todos los dolores"

La anestesista Luz Cánovas.
photo_camera La anestesista Luz Cánovas.

La anestesióloga y responsable de la Unidad de Dolor del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), Luz Cánovas, da cuenta de las necesidades y avances de la especialidad, días después de regresar de Madrid, donde dirigió un curso sobre dolor pélvico crónico

La formación en dolor es clave para los sanitarios del presente y del futuro, ya que el envejecimiento de la población es el principal factor de riesgo. La anestesióloga y responsable de la Unidad de Dolor del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), Luz Cánovas, da cuenta de las necesidades y avances de la especialidad, días después de regresar de Madrid, donde dirigió un curso sobre dolor pélvico crónico. Las jornadas, organizadas por la Universidad Complutense y la Sociedad Española del Dolor (SED), pusieron de manifiesto el impacto real de esta desconocida patología. 

¿Es la primera vez que dirige estas jornadas?

No, este es el cuarto año que organizamos estos cursos de verano, lo hacemos desde la SED, en colaboración con la Universidad.

¿Acuden profesionales del ámbito sanitario?

No, no son de formación, lo que se pretende es hacer visible el cuadro de dolor al que se le dedica el curso, este año, le tocó al dolor pélvico crónico.

Entonces, ¿quién acude?

En esta ocasión acudieron desde especialistas en dolor a compañeros de otras especialidades, rehabilitadores, fisioterapeutas que tratan este tipo de dolor… Y luego siempre acuden pacientes y asociaciones de pacientes, lo que nos permite escucharlos a ellos hablar en primera persona de su situación. Este año también contamos con el decano de la Facultad de Medicina de Santiago, que recalcó la importancia de la formación en dolor desde la base, tanto en la carrera de Medicina como en otras del ámbito sanitario.

¿Falta formación en dolor?

Sí, y es la primera causa de consulta médica, por lo que es muy importante que los profesionales sepan cómo actuar. 

A nivel nacional, ¿todavía hay pocos especialistas?

El problema es que no hay médicos en España. Hace años se decidió hacer restricciones en las plazas formativas, no se tuvo en cuenta el envejecimiento de la población, y ahora tenemos gran parte de las unidades de dolor del país infradotadas de personal humano. Mientras, cada vez hay un mayor número de pacientes que tienen dolor. 

En la provincia, ¿cuántas unidades de dolor hay?

La nuestra, la del CHUO, es la única que realiza técnicas intervencionistas. En O Barco hay dos personas que hacen cosas muy básicas de dolor, y en Verín, nada. Todo nos llega a nosotros. 

¿Y en el resto de Galicia?

En provincias como A Coruña hay tres, en la ciudad de A Coruña, otra en Ferrol y otra en Santiago. En Pontevedra hay tres, una en Pontevedra, dos en Vigo…

¿A cuántos pacientes atienden en el CHUO?

En el mes de junio atendimos a un total de 1.350 pacientes. Habitualmente la media de pacientes se sitúa entre los 1.100 y 1.300. Son muchísimos, muchísimos. 

¿El envejecimiento explica esas altas cifras?

Por supuesto. Son pacientes a los que es complicado darles el alta, porque aunque estén más o menos bien prefieren que los vuelvas a ver en un tiempo para revisarlos, para ver si todo sigue bien. Tienen miedo.

¿Cuáles son los dolores más comunes entre la población que acude a su unidad?

Los dolores musculoesqueléticos se llevan la palma, en particular las lumbociatalgias (en la zona baja de la espalda) y el dolor cervical. También hay incidencia de dolores neuropáticos (nervios dañados) y dolores pélvicos crónicos. 

Entre los pacientes con dolor, ¿es común la ansiedad?

Claro. El dolor crónico está asociado a un cambio en el estado de ánimo. La persona puede desarrollar ansiedad, depresión, sensibilización central, con lo que el dolor se cronifica…

¿Los enfermos tardan mucho en llegar a los especialistas en dolor?

Ahora mismo tenemos varios circuitos para atender cuanto antes a ciertos pacientes. Con Atención Primaria hemos acordado que aquellas personas sin historia clínica en nuestra unidad sean atendidos antes de 20 días. Los pacientes con dolor por un tumor o por el tratamiento se ven en menos de 24 horas, dentro del circuito preferente. Aquellas personas que tienen cuadros de dolor muy intensos por aplastamientos, neuralgias del trigémino, herpes zósper u hombro doloroso, entre otros, también se atienden en 24 horas. 

¿Se ha avanzado en los últimos años en cómo tratar el dolor?

Por supuesto que sí. Hay técnicas que pueden aliviar casi todos los dolores, si no al 100%, permitir una vida normal al paciente. Las técnicas del dolor son lo que más avanzan en el campo de la anestesia. Y los fármacos también, cada vez hay más. El problema que tenemos, principalmente, es el déficit de profesionales. 

¿Tiene que ponerse las pilas la administración?

La única culpa es del Ministerio de Educación, que en su momento cerró facultades de Medicina, lo que supuso notas altísimas de corte… Se restringió el acceso sin hacer un cálculo del envejecimiento poblacional. Si no hay anestesistas, las unidades de dolor están saturadas. O se forman a más, o tendremos que hacer las unidades más multidisciplinares para incorporar a médicos de otras especialidades. Si no, estamos hasta arriba. 

¿Cuántos anestesistas trabajan en la unidad del CHUO?

En temporada normal somos dos, que somos los encargados de pasar las consultas de intervencionismo. Dos días a la semana fuimos tres en los últimos meses, lo que nos permitió abrir un quirófano de técnica. Así, mientras uno realiza las técnicas (como radiofrecuencia o estimulación medular), mientras los otros dos pasábamos consulta a los pacientes. Ahora, en verano, estoy yo sola. La gente tiene sus vacaciones y claro, no tenemos sustitutos que nos remplacen, no hay. 

¿Diría que la situación de falta de especialistas es crítica?

La situación es crítica desde el punto de vista de que se está retrasando la atención de los pacientes. Está claro que no se pueden limitar las plazas formativas, si tú no limitas las plazas tendrás siempre a más gente disponible y seguramente se va a trabajar mejor. Al haber competitividad, al ser más, los profesionales también se esfuerzan más de alguna manera por ser mejores en lo suyo, por saber y aprender más.

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