Un maratón de magostos recorrió villas y pueblos

La provincia agotó las reservas de castañas en la recuperación de los multitudinarios magostos de antaño en un encadenado de celebraciones 

Emoción, voluntariado y muchas ganas de fiesta se vivieron ayer en los diferentes pabellones y plazas de la provincia con el regreso del Magosto. Concellos y asociaciones, grupos de amigos y familias disfrutaron de un soleado sábado de noviembre para honrar a San Martiño con castañas y chorizo, pero también empanada, criollos, caldo verde, lacón asado, cachucha, panceta… Porque si por algo se caracteriza la provincia, es por la variada gastronomía.

Los hubo masivos, como fue el caso de las 600 personas que se citaron en la comida de magosto de Padrenda (un tercio del censo municipal); temáticos, como el castrexo promovido por el Concello de Entrimo, y también deportivos, que fue el caso de la propuesta banduense, donde decidieron abrir boca con una andaina inaugural por la “Ruta dos Petos”. Tampoco faltaron las foliadas, como las convocadas en Xinzo de Limia o Verín; y, para terminar, todo un reconstituyente “enxebre”, la tradicional queimada.

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