La Asociación de Personas Sordas de Ourense (APSOU) celebra mañana el Día nacional de las lenguas de signos españolas con la lectura de un manifiesto y la colocación de una carpa informativa en la calle del Paseo. En la provincia hay cerca de 1.300 personas sordas
¿Qué significa para el colectivo el Día nacional de las lenguas de signos españolas?
Es un día muy importante para dar a conocer y visibilizar la lengua de signos a la sociedad. Al igual que la lengua gallega tiene su día, el 17 de mayo, nosotros tenemos el 14 de junio como nuestra celebración.
¿Cuáles son los éxitos logrados por la entidad?
El mayor logro que se ha conseguido es el reconocimiento de la lengua de signos como lengua oficial del Estado en la ley 27/2007, de tal forma que se puede hacer uso de la lengua de signos en cualquier situación.
¿Y las asignaturas pendientes?
El Día nacional de las lenguas de signos Españolas este año va dedicado a la educación de las personas sordas. En este ámbito, la mayor reivindicación es el acceso a la educación con intérprete de lengua de signos, pero que cubra
todas las horas lectivas de enseñanza, ya que en la mayoría de las ocasiones no se cubre el horario completo, dejando al alumnado sin información en algunas asignaturas.
¿Cuentan con el suficiente apoyo por parte de los políticos?
Contamos con subvenciones, pero son limitadas y todavía insuficientes, sobre todo en el rural donde las personas sordas y sordociegas están más aisladas. Y con los recursos que disponemos no podemos cubrir todo lo que nos gustaría.
¿Qué mensaje lanzaría a los políticos?
Nos gustaría decirles que piensen en todas las barreras con las que nos encontramos día a día. Con el apoyo necesario, se pueden llegar a eliminar para lograr una plena accesibilidad a la comunicación, garantizando servicios de intérpretes de lengua de signos y acciones que favorezcan la atención a familias, mujeres y una inserción laboral real.
¿Cómo es su inserción laboral?
Se constata que sufrimos más a la hora de conseguir un empleo debido a la precariedad educativa que hemos recibido en nuestra etapa de formación. Esto se debe también a la mentalidad de las empresas y a que la visión que tienen de una persona sorda es bastante sesgada. Por estas razones, accedemos a puestos de trabajo más precarios que el resto de la sociedad.
