Mario Iceta Gavicagogeascoa, obispo de Bilbao y presidente de la Subcomisión de Faimilia y Vida,estudió medicina y la abandonó por su vocación, la religión.
Esta ha llevado al Monseñor Iceta a ocupar el cargo de obispo de Bilbao, desde donde sigue tratando patologías, pero de espíritu. Hoy, a las 20,15 horas, hablará en el Marcos Valcárcel sobre las "Claves para la renovación de la pastoral familiar a partir del Amoris Laetitia", la última encíclica papal, resultado de dos sínodos sobre la familia.
¿Cuáles serían las claves?
La exhortación es una respuesta a la situación actual con sus luces, dificultades y desafíos, esa sería la primera clave. Una respuesta a la realidad familiar hoy. Una cosa fundamental en la exhortación es el acompañamiento, el Papa nos pide acompañar a matrimonios y familias, da las claves del amor conyugal, de la educación de los hijos o para poder afrontar las crisis.
¿Qué le pasa a la familia?
Hoy en día vivimos, a veces, un individualismo exacerbado, aparece una cultura de hedonismo, una concepción emotiva del amor, aparece la dificultad de tener compromisos para toda la vida.
El texto dice que no se puede hablar de vivir en “pecado mortal".
Lo que dice es que hay que acompañar a todas las familias, no entra en categorías. Dice que todas las personas deben de ser acompañadas, se extiende a todas las personas y a todas las situaciones. Una de las palabras clave que aporta el Papa es “acompañamiento”, pide el acompañamiento personalizado a cada situación y a cada persona.
Hay quien se siente frustrado por la falta de contundencia con homosexuales y divorciados...
Es un texto realista, aborda la realidad actual, las personas con sus luces y dificultades, aciertos y desafíos. Se dirige a situaciones de especial debilidad, cuando el Papa pide un plus especial de acompañamiento. Hace pública esta exhortación en el Año de la Misericordia, Dios pide que las personas sean acompañadas y que no haya situación desahuciada para el Señor y para la Iglesia.
¿Cual es la mayor patología de espíritu?
La soledad. El ser humano es comunional, para amar y ser amado. El Papa dice que atendemos a una tendencia de individualismo exacerbado, personas muy cerradas en sí mismas, muy individualistas y eso lleva a la soledad. Es una de las grandes pobrezas hoy en día. Una carencia grande, que hace daño y que está extendida entre nosotros.
¿Hay solución?
El Papa nos pide que atendamos a esa vocación innata de percibir el amor de los demás y entregarnos más. Cuando uno sale de sí mismo para darse a los demás desaparecen muchas tristezas.
