Asegura que no los conoce de nada y atribuye el intento de matarlo a un robo de 500 euros

Un marroquí exculpa a los dos sospechosos de apuñalarlo

La investigación del grave apuñalamiento que estuvo apunto de costarle la vida a Hasam Benali (38 años) el 7 de septiembre del pasado año se ha encontrado con un escollo importante a nivel judicial.
La víctima, cuya confesión debiera ser a priori la principal prueba incriminatoria, ha dado cuartel a los dos hombres imputados de querer matarlo y que están en libertad con cargos. Tanto ante la Guardia Civil como ante el juez instructor, aseguró que no los conoce de nada. Más aún, echa por tierra todas las suposiciones con las que trabaja la Guardia Civil, según las cuales, cinco súbditos marroquíes, desplazados ex profeso desde Madrid, acudieron a comprar 50 kilos de hachís a la ciudad para 'finalmente agredir a uno de sus puestos proveedores y robarle la mercancía'.

Ahora bien, la versión de Benali dista mucho de esa argumentación. Asegura que acudió a la ciudad -vivía en Betanzos (A Coruña)- para visitar a un amigo el mismo día de la agresión y, tal como explicó, cuando paseaba por las inmediaciones de la estación de autobuses fue amenazado para que se subiera en un coche, en el que viajaban tres marroquíes, quienes, tal como dice, antes de apuñalarlo, le robaron 500 euros en efectivo. Con respecto a cómo llegó malherido a la cuneta de la carretera comarcal OU-103, en Paderne de Allariz, se pierde en una serie de explicaciones imprecisas.

Pese a la negativa a la hora de reconocer a los dos inculpados por la tentativa de homicidio que le mantuvo varios días hospitalizado, los investigadores aseguran que hay pruebas que demuestran que miente para presuntamente encubrir una actividad ilícita, el tráfico de drogas. Las principales, el cruce de llamadas y fotogramas extraídos en las cámaras de seguridad de una cafetería en la que se encontraron todos ellos. También figura la confesión de Tarik M., de 23 años y vecino de Leganés, quien tras ser detenido, dio nombres de las personas que supuestamente apuñalaron a Hasam Benali.

Más reticente a arrojar luz sobre el caso se mostró el segundo detenido, Mustafá C. Mantiene que estuvo el día siete de septiembre en Ourense porque acompañó a unos compatriotas -desplazados en dos coches- que pretendían comprar hachís, aunque no llegó a ver la droga. No conoce a la víctima, pero días antes la vio en un pueblo cercano a A Coruña, hablando con el resto del grupo, fuera de un bar. A partir de ahí, todas son incógnitas.

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