Más de 29.000 alumnos de Ourense inician el curso sin covid

photo_camera Primer día de clases en los colegios e institutos de la provincia. Ilusión y nervios entre los alumnos en el reencuentro con sus compañeros de aula. Es el caso de Maristas y el Mestre Vide, en el que este jueves se vivieron las primeras horas del curso. 
El nuevo año comenzó para todas las etapas educativas, la Educación Especial y FP en el mismo día

Las campanas de los centros educativos marcaron el inicio de las clases del curso 2022-2023 a primera hora de la mañana. Este es un año escolar marcado por los cambios marcados por la Lomloe y por el menor número de alumnos en los pupitres de las aulas ourensanas.

Según los datos oficiales de la Xunta, los 194 centros educativos de la provincia de Ourense (de los cuales 160 son de titularidad pública) iniciaron el primer trimestre con 441 alumnos menos que en el curso 2021-2022: de 29.839 a 29.398 matriculados, un descenso del 1,5%. Este descenso relativo es similar al que se está viviendo en toda la comunidad gallega, donde el alumnado, repartido entre 1.591 centros, se ha reducido de 315.904 a 311.179 miembros en un año.

Por otra parte, los únicos grupos que ganaron pupilos en la provincia fueron la ESO (9.032 en 2022-2023) y el Bachillerato (3.112), con 36 y 69 estudiantes más, respectivamente.  Con todo, esta pequeña subida es anecdótica, ya que solo supone un incremento del 0,3% de los alumnos de Secundaria y un 2,2% de los bachilleres.

En Ourense, la Educación Infantil (4.781 pupilos) y Educación Especial (111), sufrieron en mayor medida el vaciado de las aulas, con un descenso del 6,9% en la primera y uno del 6,8% en la segunda. Los números de este año no dejan lugar a dudas: son el reflejo del descenso paulatino de la natalidad, un fenómeno demográfico que se traduce en menos aulas y, sobre todo en las localidades menos pobladas, en la desaparición de centros que no llegan al cubrir las plazas mínimas.

Todas las etapas educativas, desde Infantil hasta Bachillerato, además de la Formación Profesional (FP), iniciaron el mismo día marcado en el calendario lectivo, 8 de septiembre, al contrario que en años anteriores, en los que se las diferentes etapas educativas empezaban en fechas diferentes.

 Los cambios no se reducen a las fechas, la Lomloe trae también reformas de contenido, como el aprendizaje por competencias, el modelo competencial de currículos de los cursos impares de cada comunidad autónoma, nuevas materias y más modalidades en Bachillerato. 

Tras augurar una aplicación “caótica” de la nueva ley, el conselleiro de Educación, Cultura e Universidades, Román Rodríguez, en una visita oficial a Ourense, afirmó que el nuevo curso arrancó con total “normalidade nos centros educativos” de toda Galicia”, “despois dun momento de certo rifirrafe político”.

En lo que respecta a la FP, el titular de Educación auguró que los estudiantes de FP llegarían “a 58.000 ou 60.000 alumnos aproximadamente” en todo el territorio gallego. Rodríguez aportó esta aproximación a pesar de que no está disponible una cifra exacta, ya que el plazo de matriculación terminó el pasado miércoles.

La vuelta a la normalidad

Este es el primer inicio de curso desde la llegada de la pandemia en el que ya no es obligatorio el uso de la mascarilla y no hay limitaciones a la hora de mezclarse con otros grupos. El protocolo de medidas higiénico-sanitarias recomienda la ventilación de las aulas, la limpieza de manos con jabón o gel hidroalcohólico y, por supuesto, tener las vacunas al día.

Con estas medidas cuentan en el colegio Maristas, al que se incorporaron alrededor de 1.100 alumnos entre las etapas de Educación Infantil y Bachillerato. Los más madrugadores fueron los más jóvenes, que se despidieron de sus progenitores y familiares al mismo tiempo que reconocían caras de años anteriores y tomaban contacto con los tutores que los acompañarán a lo largo de tres trimestres. Algo más tarde, los alumnos de Secundaria y Bachillerato formaron corrillos más definidos de grupos de amigos y amigas.

En otra escuela de la ciudad, el Divina Pastora, los más pequeños iniciaban el año con el período de adaptación de dos horas al día en las nuevas aulas de Educación Infantil. Los diferentes grupos de estos cursos ya se encuentran conectados entre sí, gracias a una obra que, según Javier Padrón, director de la escuela, se inició en plena pandemia de covid (cuando los grupos de alumnos no podían mezclarse) y no se terminó hasta el pasado verano.

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