SANIDAD - OURENSE

“Más del 50% de pacientes que reciben radioterapia se cura"

Concepción Victoria, en el servicio de Oncología Radioterápica (JOSÉ PAZ).
photo_camera Concepción Victoria, en el servicio de Oncología Radioterápica (JOSÉ PAZ).

Concepción Victoria, impulsora del servicio de Oncología Radioterápica, deja el CHUO tras 25 años

Concepción Victoria Fernández, alma máter de la unidad de Oncología Radioterápica, se despidió el viernes de sus compañeros tras 25 años en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), por su traslado a Santiago. Ella y el radiofísico  hospitalario Javier Mosquera Sueiro pusieron en marcha esta unidad de radioterapia, que emplea radiaciones para el tratamiento de ciertas clases de cáncer: "Hoy en día, más de la mitad de los pacientes que tratamos se curan".

Pusieron en marcha el servicio en 1994 con la bomba de cobalto, que permanecía embalada en el Santa María Nai desde su inauguración a finales de los 70. "El primer año ni siquiera tuvimos vacaciones, éramos solo dos", dice Victoria, que sitúa a Miguel Santalices –presidente del Parlamento de Galicia y entonces gerente–, como artífice. 

Acababa de terminar la residencia de Oncología Radioterápica en Santiago, tenía solo 27 años. En abril de 1994 trataron al primer paciente.Cientos de ourensanos dejaron de viajar a Santiago o a Vigo. Victoria fue jefa del servicio y presidente de la Academia Médico-Quirúrgica. Una persona muy arraigada, que ayer hacía la mudanza con la satisfacción de los deberes bien hechos. "Me voy con el orgullo de haber contribuido a posicionar la oncología radioterápica de Ourense como es debido y haber contribuido a que este servicio se hiciera realidad".  En 2018, vieron a 1.068 nuevos pacientes y recibieron tratamiento 915. 

Recuerda cómo pusieron en marcha la máquina de cobalto. Primero llegó Mosquera, –que hizo todo el trabajo previo– después ella como médico, más tres técnicos, una enfermera y un celador. Así empezó ese servicio,  ya un "hijo" para Victoria. 

 En 1995 llegó Mariló López –ahora jefa de servicio– y un año después Elena Fernández. Fueron las tres médicos del servicio durante años: "Nos llamaban las chicas de oro". En la etapa en el Nai "trabajábamos de forma muy rigurosa, pero con  limitaciones técnicas. Teníamos pacientes curados, aunque la tecnología pareciese pobre". 


Una verdadera "lucha"


Tras mucho esfuerzo, consiguió que en 2009 se pusiera en marcha el nuevo servicio en el Quirúrgico, con una buena dotación tecnológica. "Lo necesitábamos, porque había muchas cosas que no podíamos hacer y muchos pacientes se trasladaban a Santiago o Vigo". Conseguir los dos aceleradores lineales – que personalizan los rayos para que se ajusten a la forma de un tumor– fue "una lucha". "Agradezco todo a dos personas: el doctor Manolo de Toro, que fue jefe de servicio de Medicina Interna, y, sobre todo, a José Luis Jiménez, el gerente del CHUO entonces. Doy fe de que puso su cargo a disposición si esto no se montaba". 

Reivindica la oncología radioterápica. "Pacientes en estadios iniciales se pueden curar, a veces en un 90% con radioterapia. Es la segunda arma terapéutica que más cura, después de la cirugía, como modalidad aislada. Lo que pasa es que se tiene la percepción de que solo se utiliza para paliativos. Y no, el mayor porcentaje de tratamientos que hacemos son curativos. Nuestra filosofía es parecida a la de la cirugía; ellos operan con bisturí y nosotros con el ratón del ordenador, haciéndolo todo de modo virtual, personalizándolo todo y dirigiendo bien la radiación. Mucha gente, más de la mitad de los pacientes se curan, y cuanto más precoz es el tratamiento más posibilidades de curación. Algunas localizaciones tienen tasas de curación de más del 90%".  


“Ver que una sola fracción le controla el dolor no se paga con dinero"


 Victoria nació y estudió en Cartagena, hasta que se fue a hacer la residencia en Santiago. Al final, acabó como una ourensana más, tras vivir en la ciudad un cuarto de siglo. El servicio funciona ahora con seis médicos, cuatro radiofísicos, técnicos, personal de enfermería, auxiliares... Otro mundo, comparado con cuando empezaron. Victoria se va reconociendo que tal vez son un servicio "desconocido", pero ante todo una especialidad "vocacional". En su caso, con más razón. "En el colegio quería estudiar medicina y ser oncóloga pediátrica.Pero me picó el gusanillo por la radioterápica", relata. 

A lo largo de esta etapa, destaca los vínculos con los pacientes. "Lo son todo, siempre les digo que esto es un trabajo en equipo y ellos forman parte del equipo". Los tratamientos curativos son diarios, de lunes a viernes, y duran entre uno y dos meses.  También es importante la parte de tratamientos de paliativos. "Es muy importante para controlar el dolor. Ver cómo a un paciente con una sola fracción de radioterapia le controlas el dolor no se paga con dinero. Ver cómo le cambia la cara cuando la semana siguiente en vez de venir cojeando viene sin dolor es muy gratificante". 

Ahora se quedan las lágrimas de estos días al despedirse de los pacientes. "En Ourense hemos estado fenomenal, pero en Santiago puedo desarrollar unas facetas que aquí no, hay que ser realistas. ¡Por fin voy a poder hacer oncología pediátrica, lo que quería de niña!".  

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