Esperanza. Ese es el sentimiento que reina en la residencia Hermanos Prieto de O Carballiño tras la llegada de la tan ansiada segunda dosis. "Estamos moi contentos de que nos viñesen a vacinar, especialmente polo residentes, que recuperarán un pouco a normalidade, sen baixar a garda a partir da próxima semana", explica Nuria Iglesias, gerente del centro.
Aunque no todos los residentes recibieron esta segunda dosis, bien porque cuando administraron la primera estaban hospitalizados o no quisieron y ahora sí, la inmunidad les permitirá recuperar cierta normalidad dentro de los centros. "Ata o de agora viven en unidade convivintes moi reducidas polo graos de dependencia, incluso algúns matrimonios están separados por iso, e pronto van pasar máis tempo xuntos", cuenta Iglesias. Las muestras de afecto son lo que más echan de menos sus "avoíños", por lo que esta inmunidad los acerca a los abrazos que no se dieron.
La inmunidad llegará la semana que viene, pero eso no impedirá que se sigan tomando las precauciones posibles por esos residentes que aún no se vacunaron. "Aínda que permitamos algo máis certas cousas, a prevención manterase o máximo posible por eles", apunta Iglesias, quien reconoce que una de las primeras preguntas que le hicieron era "se xa podían ir tomar o café a unha cafetería".
Semanas previas
La gerente de la residencia Hermanos Prieto reconoce que las últimas dos semanas la tensión era máxima: "Tiñamos medo a que, ante a situación que nos rodea, por algún contaxio non se puidesen vacinar". Por suerte esto no ocurrió y, con la mayoría de los residentes inmunizados, solo queda esperar a que regresen para continuar con aquellos que no recibieron todavía la primera dosis.