Las familias destinan una media de 95 euros al mes por cuatro horas semanales de clases particulares
Las matemáticas y los idiomas siguen siendo las asignaturas hueso para los estudiantes ourensanos, a juzgar por la demanda de clases que apoyo que reciben las academias en los meses de julio y agosto. Con las recuperaciones a la vuelta de la esquina, en la primera semana de septiembre, toca hincar codos y desembolsar una media de 95 euros por cuatro horas semanales por asignatura para evitar que las notas vuelvan a teñirse de rojo y repetir curso.
Lengua, Gallego e Inglés junto con las asignaturas de ciencias son las clásicas de septiembre para los alumnos de Educación Secundaria "aunque este año cambió un poco la situación y tenemos demanda también en Tecnología y Biología", indicó María Jesús Rodríguez, responsable del área de recuperación de la Academia Postal. A los alumnos ourensansos también se le resisten Latín, Historia o Filosofía, las de estudiar. "El problema está en que no entienden los conceptos y, por consiguiente, patinan en los exámenes", explicó Isabel Diéguez, directora de la academia doble i, que destaca que en la ESO suelen dejar para septiembre entre cinco y seis materias. Los alumnos de Bachillerato viven también un verano en suspenso y su objetivo es superar con éxito el selectivo para acceder a la universidad. Las pruebas se celebrarán los días 14, 15 y 16 de septiembre.
El precio medio de las clases ronda los 95 euros mensuales por cuatro horas a la semana. Una cuantía que se incrementa hasta los 150 euros en el caso de recibir clases individuales. Ante tal desembolso, los padres se lo piensan dos veces antes de contratar el número de horas. "Si arreglan con tres, no demandan más. Con la crisis económica notamos como van más justos", destacó José Luis Taboada, director de Arrobapi. Su academia empezará a trabajar con los alumnos de recuperación a partir del día 1 de agosto. "El de julio suele ser más flojo. Los alumnos tienen la mala costumbre de dejar todo para última hora y ponerse en serio en el último mes", añadió.
Según los profesores de las academias, el suspenso es fruto de la desmotivación en la que caen los alumnos pero, sobre todo, por falta de una rutina establecida a la hora de estudiar. "Son chicos válidos pero la principal carencia que detectamos es que en casa no tienen a nadie que les recuerden lo que tienen que hacer", indica Gema Cid, gerente de Academia Posío. Con el fin de corregir este comportamiento, el Grupo Academia Apostal tiene su propio método, que consiste en que los alumnos asistan todos los días a la misma hora a las clases de la materia que han suspendido. "Es un sistema que está funcionando bastante bien. Lo importante es establecer una rutina y que se acostumbren a que la hora de estudio es la hora de estudio".
La falta de interés es una consecuencia derivada de "no entender lo que el profesor les explica en clase. De ahí bien la falta de concentración. Algunos no saben ni estar sentados", añaden. No obstante, los profesores de las academias consultadas no consideran que el tiempo que les ocupan las actividades extraescolares influya en el número de asignaturas suspensas.
Un verano entre libros y apuntes y ante la amenaza de volver a suspender en septiembre es lo que motiva a las familias a llevar a sus hijos a clases particulares ."Casi siempre son los padres los que se acercan por aquí", indican desde la academia Volta, donde recomiendan dedicarle tres horas a la semana para cada asignatura suspensa aunque siempre depende del nivel y asimilación de conceptos de cada alumno. Con el fin de controlar el rendimiento de los jóvenes, las academias les someten a simulaciones de exámenes. "En las asignaturas de estudiar, les explicamos el temario para que se lo estudien en casa. Al día siguiente se lo preguntamos", indican desde la academia doble.
