La Administración custodió a 468 mayores el pasado año al ser incapaces de valerse por sí mismos

Los mayores tutelados por la Xunta aumentaron un 27%

La imparable sangría poblacional que azota a la provincia (más del 29% del censo tiene más de 65 años) y la mayor incidencia de las demencias y del desarraigo familiar son los principales factores que explican que el número de mayores tutelados por la Xunta en la provincia se haya disparado hasta llegar a los 468 el pasado año, un 26,83% más que en 2010 (369).

Más allá del frío dato estadístico, detrás de cada cifra, inevitablemente, se encuentra la historia, casi siempre, de una persona que no tiene un familiar cercano que quiera o pueda hacerse cargo de ella, y al no ser capaz de cuidarse por sí misma, ni tampoco de administrar sus propios bienes, su tutela pasa a depender de la Funga, un organismo que vela por ella tras ser declarada incapaz judicialmente
La directora de este organismo -Fundación pública galega para a tutela de persoas adultas -, Amparo González, expresa que la provincia ourensana es la que registró una subida más considerable 'dos cargos protectores'. Indica, asimismo, que alrededor del 70% de los mayores tutelados por la entidad que dirige tienen más de 60 años y padecen enfermedades mentales y déficits intelectuales. Apunta, además, que aunque algunas de estas personas que custodia la Administración tienen familiares, 'non sempre son os máis idóneos para facerse cargo delas'.
Amparo González, por otro lado, asegura que en los últimos años están notando en la institución un incremento notable de personas de mediana edad (de entre 40 y 55 años) que necesitan ser custodiadas por padecer trastornos relacionados con los trastornos mentales. Se trata de una tendencia que González atribuye a que las dificultades económicas tienen una incidencia directa o, cuando menos, contribuyen a agravar las dolencias de tipo psiquiátrico.
Para custodiar a estas personas no existe una única fórmula. La tutela, que protege totalmente a los que no son capaces de administrar su persona ni sus bienes, es la figura bajo la que la Funga amparó en 2011 a 229 personas. Asimimo, 29 fueron custodiadas por una curatela, ayuda que se brinda a los que tienen un mínimo de autonomía para tomar algunas decisiones y 190 necesitaron ser asistidos judicialmente, tanto para tramitar su incapacidad definitiva como para asistirlo cuando no puede hacerlo otra persona. Por último, la Funga ayudó a otros 20 mayores asumiendo su pretutela y administrando sus bienes (pudiendo gobernar su vida personal). El sociólogo Miguel Cancio indica como principal factor que explica este incremento de mayores custodiados 'el suicidio poblacional que afecta a Ourense', además del mayor desapego de los mayores de sus familias por la pérdida de valores tradicionales.

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