Medicamentos a domicilio: el CHUO se acerca todos los días a 70 pacientes

El servicio de Farmacia se mantiene en contacto con la población de riesgo, el objetivo, evitar desplazamientos al hospital

El servicio de Farmacia del CHUO afronta largas jornadas de trabajo desde el inicio de la crisis sanitaria del coronavirus. Los profesionales no solo atienden las necesidades de los pacientes ingresados, sino también las de los enfermos de la provincia que necesitan medicación. Para evitar su desplazamiento hasta el complejo hospitalario, los sanitarios se encargan, desde el lunes 16 de marzo, de preparar los fármacos de cada paciente y varios transportistas los llevan hasta la puerta de sus domicilios. "El objetivo es evitar que vengan aquí y se expongan a contagiarse", explica Kiko Toja, residente de Farmacia. 

De forma diaria el CHUO entrega medicamentos a 70 ourensanos, y se espera, en dos semanas, haber llegado a 1.500 pacientes. "Por el momento estamos priorizando a los que viven en el área rural, aunque en breve empezaremos con la ciudad también", apunta Toja. La tarea no es sencilla, ya que Farmacia atiende en consultas externas a alrededor de 9.000 enfermos al año, de los que muchos son crónicos y población de riesgo. Para cubrir las necesidades, se organizaron cinco rutas que abarcan el total de la geografía ourensana. "La dispersión de la población está complicando la tarea, muchas veces es difícil para los transportistas encontrar las casas a las que tienen que ir", señala. Toja y sus compañeros se enfrentan a un panorama desconocido hasta ahora, en el que realizan consultas y revisan el estado del paciente desde el otro lado del teléfono. 


De 15 a 22 horas


Cada día, a las 15,00 horas, los dos transportistas llegan al servicio de Farmacia del CHUO para recoger los paquetes organizados y etiquetados por los profesionales. Después de colocarlos en las furgonetas, se repasa la ruta a seguir durante la jornada. "Hoxe empezo por Cenlle, As Chabolas, Leiro, Avión...", explica José Manuel Iglesias, uno de los encargados de los repartos. 

Antes de hacer cada entrega, Iglesias aparca el vehículo y hace una llamada de comprobación para cerciorarse de que los receptores lo esperan en la puerta. En la mayoría de los casos tiene que hacer uso de aplicaciones móviles para encontrar el punto exacto de las viviendas: "Non é sinxelo atopalas, claro. Eu xa teño traballado conducindo as unidades móbiles de doazón de sangue, pero é moi distinto, alí os lugares nos que paras son os mesmos sempre". 

En As Chabolas, en el municipio de Cenlle, Iglesias hace la entrega a Ana, paciente crónica. Ambos, con guantes y mascarilla, se acercan lo imprescindible para pasarse el paquete, sin tocarse. "Moitísimas gracias. Para min a verdade é que é moi importante a labor que están facendo, eu tal e como estou non podo ir ao CHUO agora mesmo, sería un problema para min", asegura. El servicio de Farmacia prioriza a los pacientes inmunodeprimidos, así como a los enfermos de mayor edad de la provincia, con el objetivo de evitar en lo posible que tengan que salir de sus domicilios. 

En Leiro, José Manuel Iglesias se desplaza hasta la residencia de mayores Quercus, donde los trabajadores salen a recibir las medicaciones: "Todo ben, perfecto, moitas gracias, xa os colocamos agora". Los empleados también salen con guantes y mascarilla, y la entrega se hace manteniendo las medidas de prevención. Mientras, una máquina desinfecta el entorno del centro. "Eu a verdade é que estou moi contento de poder axudar nestes momentos facendo isto, as persoas ás que llos levamos agradécencho moito e un tamén está satisfeito", explica Iglesias. "Aínda queda moito traballo por diante, ata as dez da noite son moitas as casas ás que teño que ir", comenta. El transportistas continúa su ruta hacia Avión, Carballeda de Avia y Ribadavia, entre otras localidades. 


Los pacientes: “al principio estaban más asustados"


Las llamadas diarias de los profesionales del servicio de Farmacia del CHUO a los pacientes sirven, además de para revisar la medicación y fijar la fecha de su entrega, para tranquilizarlos. "Al principio muchos estaban muy asustados, porque también había un bombardeo de información y de bulos", explica el residente Kiko Toja. Los enfermos muestran su agradecimiento, aunque Toja asegura que en algunos casos reciben la noticia con "cierta pena": "Cuando les dices que vamos a ir nosotros a llevarle la medicación también hay quien se queda apenado, porque claro, era una salida que hacía que este tiempo ya no hará".

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