El médico y alcalde socialista de A Mezquita entre los años 1987 y 1995 Sergio García, recibió el cariño y aplausos de su vecinos y del ayuntamiento en el que concejales del BNG, PSOE, PP e independientes respaldaron de forma unánime dar su nombre a la plaza del pueblo de Cádavos, donde mantiene su residencia, a sus 88 años.
El acto de homenaje, al que acudió el secretario xeral del PSdeG, Pachi Vázquez, comenzó a las 12,30 con la intervención del teniente alcalde de A Mezquita José Vidueira García, que excusó la ausencia del alcalde, el nacionalista Rafael Pérez y explicó que dar nombre a la plaza y recibir el aplauso de los vecinos 'es sólo la respuesta a la cercanía que siempre tuvo con todos'. 'Gracias don Sergio', remató.
También intervino un compañero del homenajeado, Andrés González Estévez, que recordó algunas de las obras conseguidas por aquel alcalde en el cambio de década de los 80 a los 90, como llevar agua a todos los pueblos, comprar la excavadora y el camión antiincendios, además del alumbrado público de todos los pueblos del municipio.
'Le tenemos presente por su carácter regio, firme en sus convicciones pero afable y cariñoso con vecinos y amigos, siempre humilde y nada amigo de actos públicos además de tratar a todos siempre por igual', detalló ante el homenajeado, que asistió con su esposa, tres hijos y doce nietos.
'EN PRIMER LUGAR, NO HAGAS DAÑO'
García habló tras destapar la placa con su nombre en la plaza de Cádavos, y dijo que como alcalde y médico siempre se movió por el principio deontológico de 'en primer lugar, no hagas daño'.
Aún así, pidió disculpas por si alguna vez lo hizo y luego relató brevemente las 'dificultades de ser médico en cinco ayuntamientos, sin carreteras y con una brucelosis que asolaba toda la comarca'. 'Así que tanto los dos veterinarios, ya fallecidos, como el director provincial de sanidad Luis Rodríguez Míguez como yo trabajamos para paliar los efectos y evitar sus desastrosas consecuencias'.
Reconoció que 'siempre' estuvo en política aunque entró en la vida pública cuando ya llevaba años como médico e intentó siempre 'hacerlo lo mejor posible en ambos campos'.
Se refirió a su esposa y familia para recordar que sin ellos nunca hubiera sido capaz de dejar de fumar. 'Y cuando lo logré engordé 10 kilos y rejuvenecí diez años, así que desde aquí os recomiendo que si queréis rejuvenecer, dejéis de fumar', agregó entre aplausos y risas del centenar de asistentes.
Agradeció el cariño mostrado a distancia por el actual alcalde de Allariz, que envío excusas por su ausencia, y el abrazo que el médico y político Alberto Fidalgo le dio 'en nombre del Colegio Oficial de Médicos de Ourense', según explicó.
A preguntas de Europa Press, García detalló que su máximo reto como alcalde fue hacer frente al Tribunal Supremo por una reclamación para poder llevar la conducción de agua a uno de los pueblos que finalmente ganó, y como médico conseguir que una mujer parturienta 'que se desangraba en su casa de A Bouza (A Gudiña), saliese adelante con una transfusión de sangre y tuviese un bebé totalmente sano, sin salir de casa', y añadió que la vio entre los asistentes al homenaje.
Tras el descubrimiento de placa, vecinos y homenajeado intercambiaron recuerdos, algunos sobre la época en que él formó a los voluntarios de la Cruz Roja y siempre con un libro de primeros auxilios forrado con la fotografía de Felipe González y el logotipo del PSOE, según explicaron algunos de ellos a Europa Press.
El día de fiesta continuó con una comida de todos los vecinos en la casa de cultura de A Mezquita, a diez kilómetros de la plaza que desde hoy se llama Sergio García Ferreira.
También intervino un compañero del homenajeado, Andrés González Estévez, que recordó algunas de las obras conseguidas por aquel alcalde en el cambio de década de los 80 a los 90, como llevar agua a todos los pueblos, comprar la excavadora y el camión antiincendios, además del alumbrado público de todos los pueblos del municipio.
'Le tenemos presente por su carácter regio, firme en sus convicciones pero afable y cariñoso con vecinos y amigos, siempre humilde y nada amigo de actos públicos además de tratar a todos siempre por igual', detalló ante el homenajeado, que asistió con su esposa, tres hijos y doce nietos.
'EN PRIMER LUGAR, NO HAGAS DAÑO'
García habló tras destapar la placa con su nombre en la plaza de Cádavos, y dijo que como alcalde y médico siempre se movió por el principio deontológico de 'en primer lugar, no hagas daño'.
Aún así, pidió disculpas por si alguna vez lo hizo y luego relató brevemente las 'dificultades de ser médico en cinco ayuntamientos, sin carreteras y con una brucelosis que asolaba toda la comarca'. 'Así que tanto los dos veterinarios, ya fallecidos, como el director provincial de sanidad Luis Rodríguez Míguez como yo trabajamos para paliar los efectos y evitar sus desastrosas consecuencias'.
Reconoció que 'siempre' estuvo en política aunque entró en la vida pública cuando ya llevaba años como médico e intentó siempre 'hacerlo lo mejor posible en ambos campos'.
Se refirió a su esposa y familia para recordar que sin ellos nunca hubiera sido capaz de dejar de fumar. 'Y cuando lo logré engordé 10 kilos y rejuvenecí diez años, así que desde aquí os recomiendo que si queréis rejuvenecer, dejéis de fumar', agregó entre aplausos y risas del centenar de asistentes.
Agradeció el cariño mostrado a distancia por el actual alcalde de Allariz, que envío excusas por su ausencia, y el abrazo que el médico y político Alberto Fidalgo le dio 'en nombre del Colegio Oficial de Médicos de Ourense', según explicó.
A preguntas de Europa Press, García detalló que su máximo reto como alcalde fue hacer frente al Tribunal Supremo por una reclamación para poder llevar la conducción de agua a uno de los pueblos que finalmente ganó, y como médico conseguir que una mujer parturienta 'que se desangraba en su casa de A Bouza (A Gudiña), saliese adelante con una transfusión de sangre y tuviese un bebé totalmente sano, sin salir de casa', y añadió que la vio entre los asistentes al homenaje.
Tras el descubrimiento de placa, vecinos y homenajeado intercambiaron recuerdos, algunos sobre la época en que él formó a los voluntarios de la Cruz Roja y siempre con un libro de primeros auxilios forrado con la fotografía de Felipe González y el logotipo del PSOE, según explicaron algunos de ellos a Europa Press.
El día de fiesta continuó con una comida de todos los vecinos en la casa de cultura de A Mezquita, a diez kilómetros de la plaza que desde hoy se llama Sergio García Ferreira.
