El responsable de pilotar el área de Movilidad en el presente mandato, Miguel Caride, confiesa que esta área es una de las que más le motivó para adentrarse en el espinoso mundo de la política municipal, atraído por redefinir la movilidad ourensana, lamentando el estado de la situación al aterrizar en su despacho.
"La idea, fruto de un proceso extraordinario, estaba metida en un cajón, no se tomó casi ninguna medida", señala Caride, que habla de "una prioridad absoluta" en el que considera un "mandato clave porque no se puede dejar pasar más tiempo para que la ciudad se incorpore a las tendencias del siglo XXI en esta materia".
Entre las cuestiones que la consultora Urba+ más urgía, era la "valentía" de la clase política, recogiendo el guante el edil. "No sé si llamarlo valentía, pero sí decisión política porque está claro que algunas medidas pueden llegar a resultar impopulares, aunque quizá es cierto que el terreno quizá esté más allanado", señala el también portavoz del grupo de gobierno, que además de mirarse en Pontevedra, el referente clásico, pone el ejemplo también de otro concello cercano como Vigo, "que acaba de recibir un reconocimiento por sus actuaciones".
Como otro aval, recuerda que la situación financiera del Concello es perfecta, con un ahorro en caja superior a los 103 millones y la mayoría suficiente en el pleno para disponer de los fondos, lo que dispara su optimismo. "Es el momento, no podemos esperar más porque hay dinero, económicamente podemos abordarlo y tenemos que recuperar el tiempo perdido. La movilidad es gestión y hace falta decisión, si estamos acojonados por tema político no se podrán tomar medidas", concluye Caride, estableciendo tres líneas de actuación: "Elaborar las ordenanzas y hacerlas cumplir, campañas educativas y formativas antes de sancionar y las obras".
