SUCESO

Milagro en el Monte Medo

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photo_camera Bomberos y agentes de la Guardia Civil inspeccionan la autocaravana aplastada por un roble, en Os Milagros.

La caída de un viejo roble sobre una caravana aparcada en la explanada del Santuario de Os Milagros, con una pareja y dos niños pequeños en su interior, pudo saldarse en tragedia, aunque se qued 

"¡Fue un milagro!", afirmaba con rotundidad Antonio Mouteiro. Su jefe, feriante como él, era el que ocupaba la caravana que sufrió la caída de un enorme roble en la mañana de ayer. Junto a él "estaban su mujer y sus dos hijos, al niño le ayudé a salir yo por la ventana y la niña salió por el mismo sitio por su propio pie", explica Mouteiro. "A la mujer le quedó la pierna atrapada entre la cama y el ropero tras la caída del árbol", añade, todavía consternado por el suceso.

Esta familia, que acudía a la romería de Os Milagros con sus hinchables para los niños, como suelen hacer desde hace años, volvía a nacer ayer. Todos coincidían: "Pudo ser mucho peor".

Margarita Bastos, de 11 años, es la niña que se encontraba en ese momento -primera hora de la mañana- dentro de la caravana, durmiendo con sus padres. "Se cayó el árbol, nos despertamos, empezamos a gritar y busqué salida por la ventana, Antonio cogió a Álex, mi padre salió y mi madre quedó atrapada en el interior", explica la niña, que añade que, aunque los bomberos y protección civil acudieron rápidamente no pudieron liberar a la mujer atrapada "hasta dos horas después".

El niño, de seis años, sufrió "un golpe de una rama en la cabeza", matiza Mouteiro. Madre e hijo fueron trasladados al CHUO. La mujer, a pesar de pasarse dos horas para ser excarcelada,resultó herida leve con varios cortes en la pierna. El niño también sufrió heridas de escasa consideración.

"Son muy buena gente, que coincidimos en varias ferias y siempre que les pides algo te ayudan; ha sido una suerte que no les cayera de lleno el árbol", explica otra feriante que acudía a interesarse por el estado de la familia.

Francisco Nóvoa, dueño del Toldo Francisco -uno de los múltiples puestos de comida desplegados en la explanada del Santuario de Os Milagros-, dormía al lado de donde se produjo el suceso. "En un primer momento pensé que había sido un choque de coches o algo así", explica. "Fue una suerte porque las ramas evitaron que cayera el tronco de golpe sobre la caravana", apunta, al tiempo que señala que "ahí suelen aparcar varios coches y ayer por la tarde, eso estaba lleno de gente atendiendo la misa". Y remata: "De todo lo que pudo ser, como dijo el sargento, no fue nada".

Tiago André, globero, participó en las tareas de liberación de la mujer atrapada. "Intentamos levantar el tronco pero no éramos capaces y hubo que traer una grúa, si no era imposible", explica. André apunta que "habría que podar estos árboles porque hay muchos en mal estado".

El alcalde de Baños de Molgas, Xaime Iglesias, explica que "el exterior del santuario pertenece a la comunidad de montes de Vide, Molgas, Francos, Frouze y A Lama", al tiempo que subraya que "ya se les ha transmitido la necesidad de que hagan una revisión a fondo de los árboles para determinar si necesitan medidas fitosanitarias".

De momento, el roble caído ayer dio un susto importante, pero sólo causó daños materiales y alguna herida, aunque el patriarca de la familia de feriantes permanecía ayer, como sin creérselo del todo, mirando fijamente los restos de la caravana destrozada.n

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