Aunque están legalizados, en ocasiones favorecen derrames de carácter industrial que contaminan los ríos

El Miño y el Barbaña soportan aún 27 puntos de vertido directos al cauce

Los ríos Miño y Barbaña todavía a día de hoy cuentan con 27 puntos de vertidos autorizados (aquellas emisiones líquidas que proceden de un tratamiento superficial que, cumpliendo los estándares autorizados, superan los límites mínimos contaminantes).
Pese a que desde el Concello de Ourense insisten en que no son tóxicos, porque cumplen con los parámetros de vertido estandarizados, representan una amenaza constante al caudal hidrológico, incluida la flora y la fauna piscícola. De hecho, han evidenciado que favorecen agresiones, como la que tuvo lugar el 16 de junio de 2008, cuando una avería en una pieza del tanque de tormenta de la red de saneamiento de Os Remedios provocase un vertido de aguas residuales y pluviales al Barbaña, que tiñó de marrón el río y dejó un fuerte hedor en la zona.

Los vertidos autorizados se permiten tras el abono de un canon anual establecido por ley (se sitúa en unos 8.000 euros). La autorización para realizarlos la otorga la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.

Los puntos de vertido que todavía perviven en los cauces del Miño y el Barbaña se ordenan en torno a tres grupos. Por una parte, están aquellos vertidos procedentes de viviendas o negocios particulares. En este caso, la Confederación Hidrográfica avala cuatro puntos, que se sitúan en las zonas de Ervedelo, A Garduñeira, Vistahermosa y Santa Cruz de Arrabaldo, donde los vecinos hace años que denuncian malos olores procedentes de un matadero sin que hasta la fecha se les haya dado una solución. El segundo grupo de puntos de vertido se corresponden con los de agrupaciones de población de más de mil habitantes, y procedentes de cuatro depuradoras de aguas residuales (EDAR), situadas fuera de la ciudad. 'Nos referimos -informa el concejal de Medio Ambiente, Demetrio Espinoas- a las EDAR Santa Cruz, Velle, A Granxa-Santa Mariña y Cudeiro-Regato'.

El tercer y último grupo de puntos de vertido autorizados abarca 19 pequeños sistema de depuración de aguas que atienden agrupaciones de población de menos de mil habitantes. Estos puntos, repartidos entre el Miño y el Barbaña, se ubican todos en el casco urbano y están formados fundamentalmente por un tanque de agua, pequeñas depuradoras y por aliviaderos de tormenta de los que se dota a los colectores para que, en caso de fuertes lluvias, no se colapsen.

La Concejalía de Medio Ambiente reconoce que para su eliminación hay que mejorar el saneamiento, erradicando las depuradoras para menos de 1.000 habitantes.

Tanto Miño como Barbaña están expuestos a otras amenazas, los vertidos no controlados. En el caso del Miño, en septiembre de 2008, la Confederación multó a una bodega y aun matadero por trasladar al río sustancias de carácter industrial no autorizadas. También en 2008, la rotura de una tubería del combustible que Adif tiene en la estación Empalme provocó que 50.000 litros de gasóleo se filtrasen a la red de saneamiento hasta llegar a Reza.

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