Entrevista

Miryam Pato: "Los recuerdos dentro de los libros hacen que cobren vida propia"

Un autorretrato de la artista ourensana Miryam Pato. (Foto: Instagram)
photo_camera Un autorretrato de la artista ourensana Miryam Pato. (Foto: Instagram)
La artista ourensana inaugura en A Coruña "Gra/fo/nemas", una instalación escultórico-sonora

El libro y su historia protagonizan “Gra/fo/nemas”, la instalación escultórico-sonora que la artista ourensana Miryam Pato inauguró ayer en A Coruña, ciudad en la que reside. La pieza se puede visitar en el museo Casares Quiroga hasta el próximo 6 de junio, y supone una apuesta para la creadora: “Me tomé el proyecto como un aprendizaje, para experimentar con el sonido”, señala.

El resultado es una pirámide cubierta por libros que resulta el epicentro de una estructura sonora. “El sonido dialoga con los libros y con la sala, ya que la pieza cuenta básicamente la historia del propio libro desde su origen como materia prima, y hasta la intervención del lector”, detalla Pato, cuya obra plástica y fotográfica se ha expuesto ya en ciudades como Ourense, Alicante o Barcelona.

¿De dónde nace la inspiración para este proyecto? 

De una lluvia de ideas con Óscar y Manute, mis dos compañeros en Colectivo MOM, donde realizamos tareas de diseño y creación audiovisual, además de dar soporte técnico. Hablábamos sobre distintas formas de crear instalaciones interactivas, y yo tenía muchas ganas de trabajar con sonido, a pesar de no tener muchos conocimientos sobre el sector. Me tomé este proyecto como un aprendizaje, para experimentar.

¿Cómo ha sido esta experimentación con el elemento sonoro?

Por suerte, trabajé con varios amigos que me ayudaron en muchas partes del proceso, como la informática. En un principio quería que la instalación fuese totalmente tangible. La idea era crear un circuito sonoro en el interior de los libros, que reaccionase al tacto cuando el público los manipulase… pero con la pandemia tuve que obviar el desarrollo táctil y trabajar con sensores de presencia humana.

¿En qué resultó el cambio?

A pesar de los cambios, el sonido sigue dialogando con los libros y con la sala, ya que la pieza cuenta básicamente la historia del propio libro desde su origen como materia prima, y hasta la intervención del lector.

“Gra/fo/nemas” es una nueva iteración de tu trabajo con los libros, ¿de dónde viene tu fascinación por su forma, por su historia?

A medida que normalizo el uso de los libros en mi trabajo, crece mi interés en la historia detrás del objeto. Suelo comprar en librerías de segunda mano, por lo que es normal encontrar en su interior cartas personales, fotografías, dedicatorias… Con el tiempo se crea la rutina de hojearlos al llegar a casa, buscar el año de edición, cómo ha envejecido su papel, el tipo de encuadernación, la tipografía, grafismos… y al encontrar recuerdos tan personales dentro, imaginas por cuántas casas habrá pasado hasta llegar a la tuya. Acaban cobrando vida propia.

¿Cómo se relaciona esta historia del libro, analógico, con la faceta tecnológica?

Lo que buscaba era humanizar a los libros que se distribuyen por la sala, para que dialoguen con el espectador y puedan contar su historia. En la sala hay una fuente sonora central predominante, compuesta por cuatro ambientes. A su vez, escondidos por la habitación, hay otros puntos de interés sonoro de duración corta, que se activan al notar la presencia humana. Para ello he utilizado controladores programados con arduino, sensores de presencia y altavoces.

Uno de los ambientes cuenta con la voz de Chus Álvarez, ¿cómo ha sido trabajar con ella?

Siempre es un placer. Es una persona con mucha energía y que contagia alegría y serenidad. La conocí en la anterior edición del festival, siendo ella la presentadora y yo parte del equipo técnico. En cuanto le propuse usar su voz para uno de los ambientes sonoros, aceptó encantada y me facilitó el trabajo por completo. 

Prácticamente lo hizo sola… le envié la memoria, captó la idea, quedamos y grabamos su interpretación de los textos ‘los nadies’ de Eduardo Galeano, ‘perdóame a dor’ de Pilar Pallarés y un pequeño fragmento de ‘el bosque animado’ de Wenceslao Fernández. Chus es la voz perfecta para la instalación además, por la vinculación de su trabajo con la lectura.

En un sentido más prosaico, ¿cómo surgió la exposición? ¿Por qué escogiste este espacio en la Casa Quiroga?

El proyecto nace de una beca en residencia del Festival Resis para una intervención sonora, a la que fui invitada por el director del propio festival, Hugo Gomez-Chao. Resis celebra ahora mismo su cuarta edición, y he tenido la suerte de participar en dos de ellas, con MOM. 

Cuando me propusieron la beca, no dudé en pedir como localización la biblioteca de la Casa Museo Casares Quiroga. Quise enmarcar ahí la obra, porque desde que abrió sus puertas, siempre me he visto atraída por la belleza de la casa en general, y de la luz natural de su biblioteca en concreto. El equipo humano del museo es encantador y pusieron en mi mano todas las facilidades para el montaje y permanencia de la instalación.

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