LR- Laicos y fieles diocesanos llegados de distintos países celebraban durante la jornada el ’XXIX Encuentro de Convivencia’. Con el Monasterio de San Salvador como sede, cerca de un centenar de fieles viajaban hasta la villa de San Rosendo con el objetivo de ganar el Jubileo
.
Venezuela, Ecuador, Brasil o desde la propia capital de las Burgas. Celanova acogía en el día de ayer la celebración del ’XXIX Encuentro con los Misioneros Diocesanos’ de la provincia de Ourense. Una jornada de convivencia en la que tomaban parte cerca de un centenar de curas, religiosas y laicos llegados desde distintas partes del mundo.
’Se trata de una celebración anual entre misioneros, familiares y amigos, en la que aprovechamos para saludar a aquellos diocesanos que sólo vemos una vez cada cierto tiempo’, reconocía Fernanda Mosquera, una profesora ourensana que colabora con la diócesis. La importancia del misionero desde el aspecto humano, así como el valor del trabajo social que realizan en los países del ter cer mundo fueron algunos de los aspectos que trataron durante su estancia en Celanova.
’Más allá de la labor religiosa, que también la hay, el trabajo del misionero se centra en aspectos básicos y fundamentales del ser humano como la sanidad o la educación’, resaltaba una joven cooperante ourensana. Para Manuela Silva, una lucense que acaba del llegar de Venezuela, ’al mundo todavía le queda mucho que aprender. Porque no sólo con mandar dinero, que también es importante, se termina el problema de los países menos desarrollados’.
Venezuela, Ecuador, Brasil o desde la propia capital de las Burgas. Celanova acogía en el día de ayer la celebración del ’XXIX Encuentro con los Misioneros Diocesanos’ de la provincia de Ourense. Una jornada de convivencia en la que tomaban parte cerca de un centenar de curas, religiosas y laicos llegados desde distintas partes del mundo.
’Se trata de una celebración anual entre misioneros, familiares y amigos, en la que aprovechamos para saludar a aquellos diocesanos que sólo vemos una vez cada cierto tiempo’, reconocía Fernanda Mosquera, una profesora ourensana que colabora con la diócesis. La importancia del misionero desde el aspecto humano, así como el valor del trabajo social que realizan en los países del ter cer mundo fueron algunos de los aspectos que trataron durante su estancia en Celanova.
’Más allá de la labor religiosa, que también la hay, el trabajo del misionero se centra en aspectos básicos y fundamentales del ser humano como la sanidad o la educación’, resaltaba una joven cooperante ourensana. Para Manuela Silva, una lucense que acaba del llegar de Venezuela, ’al mundo todavía le queda mucho que aprender. Porque no sólo con mandar dinero, que también es importante, se termina el problema de los países menos desarrollados’.
