La movilidad ourensana también se ve lastrada por elevados peajes y precios

Aunque el debate y la polémica están desde hace tiempos instalados en la franja atlántica de Galicia con el rifirrafe político a raíz de los precios de la AP-9 y sus posibles descuentos a partir de este verano, la movilidad de los ourensanos también se ve lastrada por elevadas tarifas, tanto al desplazarse en vehículos particulares como en ferrocarril. En una provincia acostumbrada a pelear con sangre, sudor y lágrimas la modernización de las infraestructuras, con numerosos proyectos guardados en el cajón pese a las sucesivas promesas, las iniciativas que sí han ido fraguando han ido acompañadas, en muchas ocasiones, con un "peaje" en forma de incremento de costes para los usuarios. Carretera El mejor ejemplo de esto es la relación con Santiago y, por extensión, toda la provincia de A Coruña. A lo largo de la primera década del siglo XXI fue poniéndose en servicio la vía de alta capacidad entre Ourense y la capital gallega, primero con la construcción del trazado entre Lalín y Santiago (a través de una concesión estatal de 75 años para la sociedad Autopista Central Gallega bajo la modalidad de peaje) y posteriormente con la autovía Lalín-Ourense, esta libre de peaje y de titularidad autonómica. De esta forma, los ourensanos podían dejar atrás la complicada travesía por la N-525, aunque a cambio se encuentran con que, en la actualidad, el peaje por 56 kilómetros entre Lalín y Santiago cuesta ya un total de 6,05 euros para los turismos, mientras que para los vehículos pesados el coste se duplica. Pese a alguna tímida iniciativa del BNG en el Congreso esta legislatura, estas tarifas han pasado totalmente desapercibidas en el debate público. Aquellos conductores ourensanos que sigan su viaje hacia A Coruña sufren también la "sangría" de la AP-9, con otros siete euros de coste para los usuarios y hasta 15 para los vehículos pesados. Tren En caso de decantarse por el ferrocarril, el problema sigue ahí, agravado en este caso por la comparativa con lo que sucede en los desplazamientos entre las ciudades de las provincias atlánticas. Un viaje de ida y vuelta en el Avant entre Ourense y Santiago obliga a desembolsar 28,30 euros, un precio que si se quiere seguir hasta A Coruña se dispara a 40,50 euros. La política tarifaria de Renfe en este tipo de corredores es inamovible, a diferencia de lo que sucede con las líneas de larga distancia o AVE, cuyos usuarios ven como la operadora ha anunciado cambios en los precios de cara al próximo verano. Asimismo, es habitual que los distintos descuentos ofrezcan ventajas, por ejemplo, a la hora de viajar a Madrid desde Ourense. Esta misma semana, es posible hacerlo por apenas 17,70 euros, lo mismo que costaría un billete sencillo para cubrir los 40 minutos hasta Santiago. El agravio ourensano es todavía mayor al ver lo que pasa, por ejemplo, con vigueses, santiagueses o coruñeses. La ida y vuelta entre las dos principales ciudades de la Comunidad sale por 29,90 euros, cantidad similar a la del tren Ourense-Santiago cuando la distancia es mucho mayor. Además, la oferta del corredor atlántico es mucho más variada y, sobre todo, permite disfrutar de un tren antes de las 6 de la mañana, mientras que el primero que parte de la estación de A Ponte sale a las 7,55 horas, ya que Renfe suprimió el que había una hora antes y no tiene pensado, al menos por ahora, recuperarlo. Paradójicamente, mientras la excusa para no rebajar el precio del Ourense-Santiago es que responde a un modelo de Renfe para este tipo de corredores, los viajes entre A Coruña y Santiago tienen el mismo precio tanto en los Avant como en los Media Distancia, después de que sí fuesen atendidas las quejas de la provincia coruñesa hace casi una década, cuando entró en funcionamiento la línea de alta velocidad. Ahora, pese al planteamiento unánime del Parlamento gallego reclamando al Gobierno la rebaja del tren y diferentes iniciativas en el Congreso, las peticiones ourensanas continúan sin ser escuchadas. Portugal Aprovechar la autovía A-75 entre Verín y la frontera portuguesa para continuar por el país vecino en su A-24 obliga también a rascarse el bolsillo desde que el Gobierno luso comenzase a cobrar por el uso de las autovías. Llegar, por ejemplo, a Chaves o utilizar ese itinerario para conectar con Porto supone tener que contar con unos 12 euros de peaje. Otra losa más. El pago por usar las autovías, otra de las amenazas Una vez más en esta legislatura, el Gobierno central deja caer que el futuro pasa por un peaje en las autovías libres de esta tasa, algo que supondría también un claro perjuicio para la provincia de Ourense, que vería como se dificulta la relación en todo el sur de Galicia, pero también encarecería los desplazamientos a la Meseta, dado que por el momento siguen sin fraguar los proyectos a Lugo y Ponferrada. Aunque no hay detalles, una de las propuestas que se tomó siempre como referencia fue la de la patronal de las empresas de la construcción, que situaría por ejemplo el viaje entre Vigo y Ourense en unos 8,5 euros, nueve céntimos por kilómetro.