REPORTAJE

‘Una muñeca vestida de azul'

Participantes en las jornadas intergeneracionales, en la escalinata de Santa María Nai (MARCOS ATRIO)
photo_camera Participantes en las jornadas intergeneracionales, en la escalinata de Santa María Nai (MARCOS ATRIO)

Jóvenes con edades comprendidas entre los 8 y los 92 años intercambiaron juegos, canciones, experiencias en la undécima jornada intergeneracional que recorrió la ciudad en la jornada de ayer.

Canciones de siempre como "tengo una muñeca vestida de azul," con ritmo de ahora; y bailes sin edad, como el de la pelusa, del que no se libró ni el profesor Xosé Manuel Cid, sirvieron para animar la espera, en la Plaza Maior, por los más pequeños participantes en las XI Xornadas Intergeneracionales que, a causa de la lluvia de la mañana, casi se quedan en sus aulas.

Este encuentro está organizado por alumnos de entre 55 y 92 años de las Aulas de la Tercera Edad de Galicia (Ategal), y el alumnado de las Facultades de Trabajo Social e Educación Social de la Facultad de Ciencias de la Educación. También participaron niños de entre 8 y 10 años, la Asociación de Discapacidad de Ourense (ADO), la Escuela de Tiempo Libre Universitaria del Campus (ESTOU) y la Asociación Universitaria de Ciencias de la Educación (AUCE).

Durante todo un día jóvenes entre los 8 y los 92 años compartieron sorpresas e intercambiaron juegos y vivencias de todos los tiempos.

"A mí me encanta mezclarme con gente joven tan divertida, yo les aporto experiencia y ellos a mí alegría", señalaba Marga Nieves, quien lleva participando "prácticamente desde que empezaron".

Millán Brea es uno de los idearios, junto con Marisa Justo, de estas jornadas. "Buscamos un planteamiento de hacer algo que no fuese siempre lo mismo, que no fuera aburrido y salieron estos encuentros".

Después de once años, Millán tiene algo muy claro, "no existe esa brecha generacional. Entre nuestros juegos y sus juegos no hay diferencias. Con este encuentro, también rompemos algunos estereotipos, como que los niños de ahora no tienen imaginación porque están todo el día con las maquinitas, tienen y mucha". Tras el encuentro en la Plaza Mayor e iniciado el juego de la rueda, los participantes se fueron, dividiéndose por grupos para recorrer “A Esmorga Interxeneracional” , una ruta que utilizó las plazas que describe la obra de Blanco Amor, para organizar juegos populares y para lo cual algunos particpantes se vistieron de época. "Aquí aprendes a convivir, y uno se encuentra más joven, más activo. Es el segundo año y estoy encantado", aseguró Manuel Sánchez. Y para acabar el día, una merienda solidaria.

Te puede interesar