Arte et alia

Naturalezas vivas en cerámica y cuadros de Gómez-Osuna

De pic-nic, y bodegones de Gómez-Osuna.
photo_camera De pic-nic, y bodegones de Gómez-Osuna.

Pinta y dibuja desde los años noventa, tras licenciarse en BB.AA. en la Complutense, Madrid, donde reside. Por sus muestras coincidentes en el Centro cultural La Carolina, Jaén, y en la Galería Marisa Marimón, Óscar Alonso titula “resurrection”, en un suelto para un diario madrileño, lo que apunta a una pausa en su caminar, si bien  estuvo jugando con lo inesperado en el MAC Florencio de la Fuente, de Huete-Cuenca, hace poco. Como referentes, Mariam Cahn y Ceija Stojka, según dijo a María von Touceda, y Francisco Mateo Rodríguez (Mateo Maté), artista conceptual, aunque en su biografía hallan sido decisivos Lucio Muñoz, y su mujer Amalia Avia, muy relevante pintora realista, del Grupo de Madrid con Antonio López, Isabel Quintanilla, María Moreno y Julio López, pese a llevar la casa y atender a sus hijos, Diego, Nicolás y Rodrigo, que refiere en reciente novela “Mi padre salía del estudio y se sentaba en la mesa, a esperar la comida”. Casado con este, Montse Gómez, pinta desde las enseñanzas de su suegro, en un ambiente de música y literatura. Como Avia, a su modo, hace un falso realismo, imposible de fotografiar, partiendo a veces de una instantánea y dejándose llevar por la intuición. 

Montserrat Gómez Osuna (Balsareny, Barcelona, n. 1964) es singular pintora que hace cerámica, buscando tridimensionalidad, como Quintana Martelo, gallego con taller en Madrid. Es esta una reciente actividad desde la pandemia. De Nada doméstico, Jaén, a Naturalezas vivas, Ourense. Estilo el suyo que obvia la representación humana, siendo sus protagonistas geométricos, orgánicos, y algunas sombras desasosegantes, vocabulario que maneja en distintos soportes, élan vital con el que intenta controlar lo impulsivo. Juega con la perspectiva y pinta en capas, sin transiciones, acercándose a la sinestesia del collage. Sus piezas cerámicas, híbridas desde lo objetual, vegetales o animales, tienen apariencia comestible, de pastel. Unas blancas a lo Morandi, artista cuya obra le impresionó, otras vidriadas y apetitosas. Quizás para alejarse de lo paisajístico y la omnipresencia del carboncillo, en coincidencia con la muerte de su madre, pasando al color de los bodegones en papel y cerámicos, en el sentir de Nerea Ubieto. Así son estas burbujas de un sentir, con lirismo y ternura, para esta primera exposición de la temporada de la Galería ourensana, inaugurándola a un tiempo con la agrupación Contemporánea Galicia (Luisa Pita, Metro, Nordés, Trinta, Moret Art Vilaseco y PM8/Francisco Salas). 

Y un cuadro de Laxeiro...

Desde la mirada convertida en fotos por Xurxo Lobato (Jorge Andrés Lobato Sánchez, A Coruña, n. 1956), pintaba José Otero Abeledo “Laxeiro” (Donramiro, Lalín, 1908 - Vigo, 1996), el miembro máis novo de aquel grupo de renovadores del arte gallego, Maside, Souto, Seoane, Colmeiro, principalmente, con Torres, Eiroa o Fernández Mazas, entre otros, cuya arte y compromiso celebró Castelao y el Grupo Nós. Nació así “Aparición”, ante un numeroso público, en la Galería Trinta, de Santiago de Compostela, en 1987, en poco más de una hora, ahora en propiedad particular. He aquí una muestra in itinere, acción reivindicadora de la Academia de Bellas Artes que conmemora desde 2015 el Día das Artes Galegas. Año Laxeiro este que tocando está las campanas de su final. Este mes de difuntos es propicio. 

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